Fragmento del libro: La educación de las emociones en el ámbito escolar: miradas y experiencias.
autoras: Florencia Poggi, María Laura Keegan , Patricia Sarquis , Lorena Zuffo . Con prólogo de Fabrizio Origlio. Revista Didáctica junio 2021
¿Por qué la educación emocional se torna necesaria?
No por conocido dejaremos de reiterar, una vez más, que el año 2020 representó una ruptura profunda en la vida de la humanidad, en todas sus dimensiones. El hacer cotidiano, profundamente modificado, cabalga sobre condiciones pre-existentes de «tensiones, niveles crecientes de estrés y violencia real y simbólica, vértigo de las comunicaciones y despersonalización de los vínculos humanos, que hacen indispensable que la escuela comience a tomar cada vez con mayor énfasis y seriedad, la enseñanza de contenidos vinculados al conocimiento personal y de los otros y poner en cuestión la creencia de que educar en emociones, es una responsabilidad exclusivamente familiar» (Sarquis, P. Fichero Emociones; Marco teórico). Sin dudas, se torna imperioso que la escuela pueda decir algo al respecto. Ya no alcanza con desacreditar la enseñanza de estos contenidos bajo la presunción de que la escuela transmite solamente los conocimientos que aportan las disciplinas clásicas y de lo demás, se ocupan los padres.
Ya sabemos de la enorme importancia de incluir en las propuestas escolares contenidos y experiencias de aprendizaje tendientes al reconocimiento de las propias emociones, el autoconocimiento y la capacidad de regulación personal. Sin lugar a dudas, estos contenidos ya han mostrado el impacto positivo en la constitución de las matrices de aprendizaje de los niños y las niñas, desde edades tempranas.
La cuestión, entonces, se encuentra en el modo de otorgarle la palabra a la Didáctica. Es decir, hurgar en este campo disciplinar para la construcción de una nueva epistemología que permita que, prácticas históricas espontaneístas de abordaje de valores, emociones, comunicación y vínculos sociales, se transformen, no solo en objeto de conocimiento, sino que, se incorporen, transposición didáctica mediante, en un contenido escolar a ser enseñado.
¿Qué significa educar en emociones?
Las emociones constituyen recursos que aportan caudales de información con las que nos relacionamos con el mundo. Aprender a responsabilizarnos por ellas y gestionarlas de la manera más adecuada es un aprendizaje que se construye a lo largo de toda la vida. Sin embargo, es mucho lo que la escuela puede hacer al respecto.
Para que el educar en emociones sea efectivo, se requiere de la vivencia experiencial de las habilidades sociales y las competencias emocionales de un sujeto, ya que su construcción cognitiva y emotiva, serán las que garantizarán el pasaje, al decir de Piaget, de una moral heterónoma a una moral autónoma.
Como muchos aprendizajes, los contenidos de la EE requieren ser puestos a disposición, como un repertorio variado de experiencias educativas capaces de generar saberes que antes, no se poseían. En este punto, se torna fundamental el trabajo docente como aquel conjunto de acciones tendientes a programar una secuencia de enseñanza metódica, graduada y apropiada. Estamos diciendo que, la EE, se planifica, al igual que otro cualquier contenido de enseñanza escolar.
Si tomamos como referencia las palabras de Daniel Goleman, quien afirma en su libro La Inteligencia Emocional, que «para desenvolverse en la sociedad necesitamos tanto la Inteligencia Racional como la Emocional», entendiendo por inteligencia emocional la capacidad que las personas evidenciamos para tomar conciencia de nuestras propias emociones o las ajenas y la capacidad para gestionarlas positivamente, podremos otorgarle un lugar de importancia en la planificación de nuestras aulas.
¿Qué condiciones hacen posible la educación emocional en la escuela? Fundamentalmente la disposición y el conocimiento del equipo docente para hacer del aula un espacio favorable para los aprendizajes infantiles, en un contexto de estabilidad emocional.
La EE se «enseña». No es el resultado de un aprendizaje espontáneo o voluntarista, por lo tanto, al igual que con cualquier otro contenido del currículum, se planifica su enseñanza.
¿Cómo lograrlo?
Poniendo en práctica algunos principios básicos:
- Generando dentro de la institución, espacios de reflexión e intercambio entre docentes sobre la temática y alcanzando acuerdos básicos. La institución «toda» se compromete en esta propuesta.
- Comprendiendo la importancia del principio de co-educación entre familia y escuela. La EE es una responsabilidad compartida.
- Planificando secuencias de enseñanza explícitas, graduadas, pertinentes a la etapa evolutiva de los estudiantes.
- Haciendo foco en la enseñanza de habilidades de interacción social.
- Promoviendo actividades y oportunidades de encuentro entre pares que privilegien la mirada singular, personal y el diálogo.
Los principios básicos, brevemente reseñados, no acontecen en el vacío de contexto.
Muy por el contrario, responden al reconocimiento de los logros en las trayectorias educativas singulares de los estudiantes.
Primeras decisiones para organizar propuestas para las aulas
Partimos de la base que la educación emocional es un proceso educativo continuo y permanente, que tiene como objetivo fomentar el desarrollo de competencias emocionales como elementos esenciales del desarrollo integral de la persona. Este proceso se inicia en nuestro sistema educativo en la Primera Infancia y está presente a lo largo de toda nuestra vida (Bambú, 2020). Las competencias emocionales implican la capacidad para gestionar de manera adecuada un conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para tomar consciencia, comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales y afectivos.
Desde esta concepción, se propone el desarrollo de cinco competencias emocionales:
- La conciencia emocional que implica tomar conciencia de las propias emociones y ser capaces de nombrarlas, comprender las emociones de los demás y tener la habilidad de captar el clima emocional de un contexto determinado.
- La regulación emocional que involucra manejar las emociones de forma apropiada, tomar conciencia de la relación entre emoción, cognición y comportamiento, disponer de buenas estrategias de afrontamiento y tener la capacidad para autogenerar emociones positivas.
- La autonomía emocional que se relaciona con la capacidad para sentir, pensar y tomar decisiones por sí mismo, sin depender de otros. Apunta a una actitud positiva que incluye la autonomía, la responsabilidad, el análisis crítico de las normas sociales, la automotivación, la autoeficacia emocional y la resiliencia.
- La competencia social es la capacidad de mantener buenas relaciones con otras personas. Incluye dominar las habilidades sociales básicas, tener una comunicación expresiva y receptiva, compartir las emociones propias, respetar las de los demás, y desarrollar conductas de cooperación y asertividad.
- La competencia para la vida y el bienestar tiene que ver con la capacidad para adoptar comportamientos apropiados y responsables para afrontar satisfactoriamente los desafíos diarios de la vida, ya sean personales, profesionales, familiares, sociales, de tiempo libre, etc. Permite organizar la vida de forma sana y equilibrada, facilitando experiencias de satisfacción. Busca que seamos capaces de solicitar ayuda y disponer de recursos para tomar decisiones conscientes que nos permitan sostener el bienestar emocional propio y el del entorno.
Proponemos, para complementar este enfoque y poder pensar en las propuestas áulicas concretas, seguir los pasos que propone Williams de Fox (2014) y que también denomina las etapas del desarrollo emocional. De esta manera se respeta el proceso de cada alumno y de todos, y la propuesta áulica adquiere coherencia y robustez con respecto al desarrollo de las habilidades socioemocionales que buscamos que nuestros alumnos adquieran.
Las etapas son las siguientes:
- Reconocer y nombrar las emociones.
- Aceptar las emociones.
- Expresar las emociones de una manera positiva.
- Regular y manejar las emociones propias y ajenas.
Un rasgo fundamental de la educación emocional es que requiere ser sostenida en el tiempo.
1 comentario
Buenos días, les molesto por una consulta. Estoy interesada en adquirir el libro sobre la educación de las emociones en el ámbito escolar. ¿Serían tan amables de decirme como debo hacer?