ESCRIBIR TEATRO CON LOS NIÑOS. Propuestas de ejercicios

ESCRIBIR TEATRO CON LOS NIÑOS. Propuestas de ejercicios

Colección Didáctica Primaria - Suplemento coleccionable n.º 2 Maximiliano Xicart

ESCRIBIR TEATRO CON LOS NIÑOS

PROPUESTAS DE EJERCICIOS PARA ARMAR UN TALLER DE INICIACIÓN A LA DRAMATURGIA Y ESCRITURA CREATIVA EN LA ESCUELA

 

INTRODUCCIÓN
Esta segunda entrega sobre el teatro en la escuela está pensada para promover la
llamada dramaturgia, es decir, la escritura teatral con los niños en el aula.

El propósito del artículo es ofrecer una batería de ejercicios al servicio de los docentes, para transformar el aula en un taller de creación literaria, en este caso, un guion dramático. Las representaciones teatrales pueden surgir desde ejercicios de teatro que luego se guionan en un texto dramático, o bien, pueden surgir directamente desde un texto para ser representado.

Muchas veces los docentes se muestran interesados en que los niños actúen o elaboren pequeñas obras de teatro a partir de sus propios intereses. Por ello, en esta separata se pone al servicio de toda la comunidad una serie de ejercicios realizados en talleres de escritura, para inspirar y guiar la creación de una obra. No se encontrará aquí los pasos de cómo hacer un guion dramático, sino de cómo poder trabajar en la iniciación de la escritura dramática, a través de un taller de escritura creativa.

¿QUÉ ES UN TEXTO DRAMÁTICO?
Se le llama texto dramático a los textos de teatro, nacidos para ser representados.
Esas obras pueden ser tragedias, comedias, o sus variantes intermedias, por más
que el sentido común asocie el drama con lo trágico, en su acepción original drama hace referencia a la acción. El texto dramático es una ficción que tiene acción, es decir, en el que algo sucede.

Tomando como referencia el trabajo de Kurt Spang (1993: 132-135) sobre los géneros literarios, el texto dramático se caracteriza, a grosso modo, por:

La inseparabilidad de texto y representación.
Como se mencionó anteriormente, es una obra literaria que nació para ser representada, no leída. Su objetivo no es que otros lean la obra como recreación, sino que la lean para decidir cómo la representan en el escenario.

El uso de varios códigos. En un texto dramático aparece el código verbal contenido en el texto, y el código extraverbal como el decorado, la iluminación, el maquillaje y vestuario, los gestos de los actores, etc.

Quien dirige y quienes actúen la obra realizan, a su vez, su propia interpretación del texto, mientras el espectador hace la lectura, de la lectura que realizaron los actores y el director.

Doble sistema de comunicación. Los actores en una obra dialogan entre sí, al mismo tiempo que el espectáculo dialoga con el público. Los personajes, a su vez, dialogan como si nadie les hubiese elaborado esos parlamentos, sino que los interpretan con naturalidad como si a ellos les pertenecieran, como si se les hubiesen ocurrido en ese momento.

La colectividad de producción y recepción. La emisión y recepción de la obra de teatro es colectiva. Incluso un monólogo es colectivo, porque detrás de ese actor está el director, el dramaturgo, el iluminador, el vestuarista, etc. La obra se piensa, se escribe y se pone en escena para muchos espectadores, o sea para todo un colectivo.

Estas características hay que considerarlas y tenerlas en cuenta para pensar la dinámica de los talleres. Para enseñar a escribir un texto dramático, hay que enseñar qué es un texto dramático y cómo se estructura.

EL TALLER DE ESCRITURA EN LA ESCUELA

La propuesta entonces consiste en poder pensar y convertir al aula en un taller de iniciación a la dramaturgia para niños. La escritura creativa puede ser enseñada a través de la estrategia del taller y se logrará que los alumnos produzcan a partir de modelos que no son una receta, sino, por el contrario, una motivación (Álvarez, Maritza, 2009: 84).

Convertir el aula en un espacio de taller de escritura implica tomar varias decisiones sobre la distribución del aula y del tiempo pedagógico. Hay que tener en cuenta que cualquier proceso artístico es una actividad imposible desde el punto de vista social porque su tiempo es otro (Piglia, Ricardo, 1999: 106), es decir, construir una obra de teatro escrita por los alumnos no siempre se rige con las demandas temporales de Primaria.

Plantear jornadas de taller de escritura en la escuela significa, además, adherirse a determinadas características que tiene que tener una propuesta de escritura creativa para ser considerada como tal. Con eso me refiero a plantear ejercicios que: propicien una relación lúdica y experimental con el lenguaje; activen el pensamiento divergente, poniendo en juego procesos irracionales, asociativos y generadores de diversas posibilidades alternativas. Implica darle valor a la lectura compartida, al trabajo grupal, a la orientación del docente y a las opiniones de los compañeros. El objetivo es generar procesos que incluyen la revisión y reescritura de los textos (Álvarez, Maritza, 2009: 84-85).

Las consignas que se plantean han sido pensadas para ser trabajadas en clase, siempre con la fuerte orientación y mediación del maestro como tallerista. No se explicitan los borradores o las escrituras intermedias, pero es necesario aclarar que muchas de estas consignas de escritura precisan que la docente estimule su revisión. Otro detalle importante a considerar tiene que ver con las instancias de lectura. En los talleres de escritura para jóvenes y adultos es frecuente incitar a los alumnos a leer lo que van escribiendo. Este ritual es importante en tanto ayuda a los otros a escuchar cómo, desde una misma consigna, existen puntos de llegada distintos, y les permite sorprenderse de sus compañeros y de sus propias creaciones.

Sin embargo, a lo largo de los distintos talleres que he realizado, tanto como docente y como alumno, aprendí la importancia del respeto sobre la creación del otro. Muchas veces la escritura, como cualquier disciplina artística, nos conecta con cuestiones personales y salen a luz ideas o pensamientos que no se quieren compartir. Por lo tanto, recomiendo estimular las instancias de lectura compartida para realizar devoluciones a los alumnos, sin exigir por ello que aquel que no quiera leer tenga que hacerlo.

Los ejercicios que se desarrollan a continuación han sido trabajados en diferentes momentos con distintas edades. La idea es compartir con la comunidad un listado o caja de ejercicios que se proponen combinados en distintas instancias, no están pensados para ser trabajados por categoría ni en una sola jornada.

Algunos los he aprendido en distintos talleres nacionales e internacionales, otros son extraídos de la bibliografía o webgrafía citada, y otros los he creado y perfeccionado con el pasaje de los años en la puesta en práctica.

EJERCICIOS PARA ROMPER LA PÁGINA EN BLANCO
Uno de los principales problemas que tiene cualquier escritor, desde el más novato hasta el más experimentado, es romper el miedo a la página en blanco, es decir, comenzar a escribir.

Este miedo se aplica a cualquier tipo de escritura, la académica y la creativa, pero existe una pequeña diferencia entre ambas. La escritura de tipo académica —y englobo en esta categoría cualquier trabajo de artículo, libro, o tareas de corte académico— tiene en general una consigna dada por alguien o un interés pre–existente. Ya sea que se vaya a investigar un tema por cuestiones personales, es justamente ese interés el que sirve de pauta para escribir.

La escritura creativa puede también tener un objetivo o meta prefijado, como por
ejemplo «voy a escribir una obra sobre una niña que se pierde en el bosque», o bien un interés más general como «voy a escribir una obra para niños». A veces sin tener una idea clara sobre el qué escribir, la escritura, o mejor dicho, el ejercicio de estar es cribiendo permite de forma cuasi mágica, conectar con una idea. Muchos escritores encuentran su tema, o su inspiración, o la forma de cómo escribir lo que quieren escribir: simplemente escribiendo.

Cuando se propone un taller de escritura, la respuesta de los alumnos es que escribir es aburrido, que no saben o que no se les ocurre nada. Por eso es bueno tener siempre una batería de ejercicios simples, con los que verán cómo se puede comenzar a escribir de forma automática, divertirse y sorprenderse con la capacidad de uno como escritor.

Estos ejercicios los he utilizado, y los sigo usando, para todo público. Tanto adultos, como jóvenes y niños, se adaptan fácilmente y sirven también como calentamiento.

Aunque parezca extraño, escribir, al igual que un ejercicio físico, requiere de un calentamiento previo. Pretender escribir, o pretender hacer escribir a los alumnos sin entrar en consignas más simples pero desafiantes de la creatividad, puede llevar al fracaso.

Hay que estimular primero el ingenio y romper con el pensamiento lógico, para
dar paso a la escritura teatral.

Por un tema de extensión del artículo, se proponen cuatro variantes de ejercicios
creativos para romper la página en blanco.

EL ABCEDARIO
Siempre lo consideré un buen ejercicio de comienzo, que parece simple, pero termina siendo desafiante, complejo, pero muy divertido y absurdo.

El objetivo del ejercicio no es solamente poner a los alumnos a escribir de forma
inmediata, sino explorar con ellos su lado más absurdo e irracional, romper con las
reglas para crear otras, porque escribir es justamente una forma de crear nuevos universos que parecen alocados, pero tienen siempre unas reglas y lógicas internas que les dan sentido.

Este es un ejercicio de dos partes. Si los alumnos llegaran a tener dificultades en la primera instancia, se los ayudará para que produzcan su escritura después.

PRIMERA CONSIGNA:
Escriban como si fuera una lista, todas las letras del alfabeto. Al lado de cada letra, escriban una palabra que comience con esa letra. Pueden ser objetos, colores, nombres propios, palabras en otros idiomas, animales, etc.; pero siempre una sola palabra.

Ejemplo:

Abuela
Banco
Celeste
Daniel
Elefante…

En la mayoría de las veces los alumnos tienen problemas con la «X», la «W», o la
«Q». Por eso es bueno tener una lista de opciones para ayudarlos y destrancarlos.
Se puede apelar a ofrecerles ayudas como «pensá en algún animal o alguna comida», o bien, aquellos que están más estancados, directamente ofrecerles dos o tres palabras, para que elijan una. Mientras menos dirigidos sean, más auténticas serán sus producciones.

Una vez que todos tengan la lista, es frecuente que quieran escucharse. No sería
del todo necesario hacer una ronda de lectura de las listas, pero en general lo disfrutan y se divierten con sus ocurrencias. Suelen aparecen personajes de YouTube, de las redes, nombres propios, cuestiones que a ellos les resultan picarescas o simpáticas.

Culminada la primera parte, viene la segunda consigna.

SEGUNDA CONSIGNA:

Utilizando todas las palabras de la lista y en cualquier orden, escriban un texto pero con una condición: no podrán utilizar más de dos palabras nuevas entre cada palabra del alfabeto. Podrán escribir solo con las palabras, o usando uno o dos palabras distintas entre cada una de ellas.

Ejemplo:
La abuela de Daniel tiene un elefante celeste arriba del banco...

El ejemplo que aquí se propone no solo sirve para ilustrar el ejercicio, sino a los niños.

Por supuesto que las reglas podrán variar según el público al que está destinado el taller, pero que la flexibilización no sea al extremo, dado que el interés está en el desafío de la creatividad, y en la producción casi sin sentido y absurda del texto.

Las preguntas que siempre aparecen por parte de quienes asisten al taller son si se puede repetir alguna de las palabras del alfabeto, o si pueden cambiarles el género o el tiempo verbal.

En el primer caso, mi respuesta siempre es que no hay problema con repetir, pero que ya tienen bastante trabajo con usarlas todas como para repetir alguna.

La posibilidad de variar el género o el tiempo verbal es una flexibilidad que se puede aplicar según la exigencia del público del taller.

objetivos del ejercicio:

  • Lograr escribir y resolver la consigna. Que los alumnos sientan que pudieron resolverlo los estimula y los sorprende. El adulto es quien deben devolverles justamente la potencialidad de su creación. Por ello, no hay que concentrarse en el sentido del texto, dejarlos en libertad de lo más absurdo posible.
  • Hay dos formas de resolver el ejercicio. Lo ideal es que puedan construir un solo texto o relato, con todas las palabras. Pero hay alumnos que tienden a escribir oraciones sueltas, como si fueran versos o líneas. En definitiva son maneras distintas de poder resolver una misma consigna.
  • Divertirse con la creación de uno y la creación de los demás, por eso es importante siempre poder compartir y leer en voz alta lo que se hace.

EL DICCIONARIO INVENTADO
Este es uno de mis ejercicios preferidos desde las dos ópticas, como asistente de un taller y como tallerista. Cuando entienden la dinámica, los estudiantes se divierten mucho y tienden a repetirlo en otras instancias.

Muchas veces es un ejercicio que utilizo como comodín, en aquellas jornadas
de taller donde los alumnos no están muy inspirados o con pocas ganas de escribir.

Al igual que el ejercicio propuesto anteriormente, en este se busca despertar el
pensamiento divergente, el absurdo y crear nuevas reglas y nuevas realidades.

La consigna se divide en tres partes y su ejecución puede ser variable, según el público con el que se disponga a trabajar. En mi experiencia personal, es un ejercicio que se hace primero en el pizarrón, y luego la escritura es individual.

PRIMERA CONSIGNA:
Proponer en voz alta palabras inventadas para ir anotando en una lista en el pizarrón. Dependiendo de la iniciativa de los estu diantes, o de los objetivos del docente, puede ceñirse a una o dos palabras por alumno, o a llenar un número determinado, sin importar quién lo proponga. Siempre es recomendable
poner a los niños en situación de inventar palabras, ya sea combinando algunas
que existen, o modificando solo letras.

La diversidad creativa es sorprendente.

Para poder continuar con el ejercicio, es prudente advertir que el número de palabras debe ser algo acotado, pero en relación con la cantidad de alumnos que participen del taller.

Se asigna de forma aleatoria una o dos palabras por alumno, tratando de que no se repitan las palabras y que no le toque a uno la palabra que él propuso.

SEGUNDA CONSIGNA:
En no más de un párrafo, construya (invente) una definición de la (las) palabra que le tocó.

Esta segunda parte es bien interesante para observar los distintos caminos creativos que ponen en juego. Por ejemplo, están aquellos que imitan la estructura de los diccionarios, aquellos que agregan palabras inventadas también, los que van al extremo de lo absurdo, los que aprovechan el juego de la construcción de la palabra, los que la definen de forma muy escueta, etc.

Una vez que todos realizaron las definiciones, se busca la manera de que estas sean visibles para todos. Lo más aconsejable es que cada niño escriba en un papelógrafo o en el pizarrón, su palabra y su definición, para que todos las vean. Se hace de forma simultánea y luego se leen las definiciones.

Con toda la información disponible, se puede pasar a la tercera y última parte del ejercicio: la construcción de un relato breve.

TERCERA CONSIGNA:
Elige al menos tres palabras de la lista e inclúyelas en un relato inventado. No es necesario escribir su definición, usa las como si todos supieran lo que quieren decir.

Ejemplo:

Proportear.
Decirle una mala palabra a alguien en el idioma de Proportea.

Wixiar.
Darte besos con personas de otros planetas (extraterrestres).

Dormiballo.
Dormir arriba de un caballo mientras está galopando.

Astexgdp.
Animal peludo parecido al perro, pero no.

Yo estaba un día dormiballando arriba de mi caballo, soñando con tener un astexgdp, hasta que frenó de golpe y me caí.
Lo proporte todo al cabllo, hasta que una nave espacial aterrizó. Bajó una marciana muy bonita y nos wixiamos un poquito.

objetivos del ejercicio:

  • Desarrollar la creatividad y el ingenio, pensando neologismos que quizás se pueden utilizar en una obra de teatro. Es una buena idea tener un personaje que hable con palabras inventadas.
  • Jugar y reflexionar sobre el lenguaje, sobre cómo las palabras y sus significados son importantes para escribir.
  • Reflexionar sobre el proceso de la escritura, y darse cuenta cómo se pueden escribir desde puntos de partida distintos. En este caso, a partir de palabras inventadas.

EL CATÁLOGO
En las reuniones de brainstorming o tormenta de ideas, los creativos detrás de una publicidad o de un espectáculo realizan generalmente un listado de palabras o de aspectos con los que se quiere trabajar.

Cuando se tiene apenas una vaga idea de lo que se quiere hacer, siempre es bueno listar todo lo posible. Por ejemplo, queremos escribir una obra de teatro sobre «cosas que pasan en los recreos». Para poder empezar a escribirla, el primer ejercicio creativo para hacer es que todos escriban una lista de las
cuestiones que suceden, para elegir luego o las más graciosas, las más representativas o las más preocupantes, etc.

Quizás no se tiene una acción, sino un concepto, por ejemplo, se quiere hacer una obra de teatro sobre el amor, o sobre la amistad.

En ese caso, también es bueno realizar una lista de situaciones dónde haya amor, tipos de amistades, formas de ser amigo o lo que sea. En cualquier caso, el ejercicio de detenerse a pensar una lista de opciones, siempre es el primer paso de todo proceso de creación de un espectáculo.

Por supuesto que esto los niños no lo saben, ni tampoco podemos pensar que lo deben saber, por ello hay que enseñarles a hacer ese listado de ideas y exhortarlos a hacerlos ante una posible obra para escribir.

Este ejercicio se puede realizar con múltiples variantes, pueden tomar la estructura
como idea y cambiarle lo que quieran. Al igual que los ejercicios anteriores, vienen
en partes y se precisa que se cumpla con cada etapa para poder ser realizado.

PRIMERA CONSIGNA:
Realicen una lista de ocho cosas que no les gusta hacer. El número por supuesto que es una variable a modificar, aunque es preferible para la dinámica del ejercicio del catálogo, que se puedan listar varias cosas. Con los adolescentes la consigna la modifico un poco y les pido que listen las diez cosas que más odian, pero con los niños es más clara la consigna de lo que menos les gusta hacer. La versión «para grandes» permite trascender lo meramente personal, y en esa premisa de las cosas que más odian, pueden entrar cuestiones generales como «la  contaminación», «la mentira», «la guerra», etc.

Al igual que en los ejercicios anteriores, se les puede proponer ayudas o guías para que puedan pensar en situaciones concretas, por ejemplo: no me gusta comer tal cosa, o hacer determinada acción, o no me gusta pelearme con alguien.
Como experiencia personal, he notado que en general les dificulta ponerse a pensar en varias cosas que odien o no les guste hacer hasta que uno los ayuda con ejemplos mundanos.

Al igual que el alfabeto, se pueden socializar las listas escritas, o bien pasar a la segunda consigna.

SEGUNDA CONSIGNA:
Elijan las cuatro cosas de la lista que menos les guste hacer. Ahora escriban un texto diciendo cómo les encanta hacer eso que no quieren. Tiene que ser un texto donde se resalte lo lindo o agradable de hacer esa acción.

Las reacciones frente a esta segunda consigna suelen ser muy divertidas. Suspiran y se ríen, estando ahí el desafío creativo, presentar una situación por la contraria. Para sorpresa del adulto, y de los alumnos, los niños terminan escribiendo de forma irónica. Podemos encontrar aquellos que terminan haciendo un texto más básico, o aquellos que se explayan en describir el placer que les da hacer eso que no quieren o detestan. Ahí está la mediación del docente, para animar a los alumnos a desarrollar la escritura por la contraria.

Ejemplo:
Una cosa que me gusta de verdad es pelearme con mi hermano. Me encanta que me tire todas mis cosas, disfruto que me rompa mis cuadernos, que me raye mis libros, y que llore siempre para que mis padres me echen la culpa de todo.

objetivos del ejercicio:

  • Para la escritura de teatro es importante desarrollar varias perspectivas, incluso el ejercicio de poder situarse del lado opuesto a lo que uno cree o le gusta. Siendo apenas una pequeña introducción o ejercicio, existe una técnica para escribir comedia en la que se presenta un personaje histórico conocido por la contraria a lo que es, generando el humor por el contraste. Esta es una buena idea para una obra de teatro, pensando por ejemplo en un Lobo Feroz que tenga miedo de andar por el bosque, o de un dragón que tenga miedo del fuego, o una bruja que no sepa volar en escoba.
  • Es también un ejercicio que busca conectar el proceso de escritura con el propio escritor. En cualquier disciplina artística nos involucramos emocionalmente, y el producto final en parte refleja cuestiones personales: gustos, pensamientos, formas de ser. Este ejercicio, en este sentido, es bien directo, y enseña como a veces se puede recurrir a la experiencia personal para poder escribir. Lo que nos pasa a nosotros o lo que nosotros sentimos, puede ser importante para otros, porque se pueden sentir identificados.

LOS EJERCICIOS DE CALENTAMIENTO
Estos ejercicios los aprendí con un dramaturgo inglés llamado Simon Stephen, en un taller intensivo de Dramaturgia internacional realizado en Barcelona, a través de una beca del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay.

Todos los días, antes de comenzar a escribir en aquellas maratónicas jornadas, Stephen nos proponía unos headlines, es decir, unos titulares que sirvieran de excusa para ponerse a escribir de forma breve, en un minuto.

Las consignas eran bien simples, como «yo soy», «mañana quiero», «hoy siento que», y una vez propuestas esas consignas, nos ponía un tiempo de un minuto para resolverlas. Hacíamos tres seguidas, y luego de ello leíamos.

Él comparaba esta acción simple, con los ejercicios de calentamiento de cualquier deporte. Intensidad, tiempo, y entrada en calor. Todo era válido, la consigna puede servir como disparador de una historia, como título, como el comienzo o el fin, o como la excusa para escribir sobre la temática que se quiere, claro está, en un minuto.

Cuando comencé a aplicar estos ejercicios en los alumnos me sorprendió de forma inexplicable la fascinación que tienen por hacerlos. Al principio los proponía como una actividad puntual de una jornada de escritura, hoy por hoy son parte estructural de los talleres de escritura. Todas las jornadas comienzan con tres ejercicios de calentamiento de un minuto y veinte segundos.
No sé si es la adrenalina del tiempo, el sonido del celular cuando llega al tiempo cumplido, la carrera por escribir la idea más absurda, pero les fascina, y se logra el
propósito central: romper la página en blanco, escribir y entrar en calor.
A diferencia de los anteriores, este tiene una sola consigna, aunque se dosifica. Es decir, se propone la primera, se les da el tiempo para escribir, luego la segunda y luego la tercera. Al final se propone leer lo que quieran, todas las consignas o alguna de ellas. consigna: Tienen un minuto para escribir a partir de las siguientes propuestas:
  1. Si yo fuera una silla…
  2. Están lloviendo panchos…
  3. Mañana no hay clases…

Un par de aclaraciones sobre este ejercicio

El minutaje se puede acomodar a las características del grupo, aunque dos minutos termina siendo mucho tiempo para lo que se quiere conseguir, que es la adrenalina de escribir lo que sea. La consigna propuesta es tan solo un ejemplo de las más de cien consignas de un minuto que he planteado, y que hoy día tienen relación con el ejercicio de cada día. Por ejemplo, si vamos a trabajar los comienzos de una historia, o la construcción de personajes, las consignas de un minuto son sobre esa temática. Los introduzco a pensar sobre personajes, sobre comienzos, sobre diálogos, etc.

Es interesante encontrar aquellos estudiantes que tienden a relacionar las tres consignas en una misma historia, o a interrelacionarlas, aunque no es ni lo que se pide ni se pretende. Por supuesto que este tipo de ejercicios distan de la vida real, en tanto nadie escribe una obra de teatro ni un guion de cine con un cronómetro. A diferencia de los otros ejercicios que tienen un tiempo más moldeable, los propósitos de este ejercicio son utilizar el tiempo como adrenalina y estímulo para escribir.

objetivos del ejercicio:

  • Lograr escribir de forma casi inconsciente, apremiados por el tiempo.
  • Estimular la lluvia de ideas inmediata, o la libre asociación de ideas a partir de la consigna.
  • Darle calor al cuerpo y poner en funcionamiento los procesos que se requieren para ponerse a pensar en qué escribir.

EJERCICIOS DE DRAMATURGIA, O EJERCICIOS PARA APROXIMARSE A LA ESCRITURA DE UNA OBRA DE TEATRO

La propuesta de un taller de escritura de teatro tiene que servir para producir una obra auténtica, y para enseñar cómo se escribe esa obra. A grandes rasgos se puede decir que todo texto dramático u obra de teatro está constituido por dos textos que hay que escribir: los diálogos (texto con mayor desarrollo), y las acotaciones o texto complementario, llamadas didascalias.
Los ejercicios que se proponen a continuación buscan ejercitar y tomar conciencia sobre la importancia y las potencialidades de los diálogos y las acotaciones.
Estos ejercicios son justamente una instancia de creación previa a cualquier obra de teatro. Su principal objetivo o propósito es estimular la escritura y encontrar una idea sobre qué escribir o sobre cómo escribir, para luego desarrollarla en otra instancia.

 

LAS DIDASCALIAS
La Real Academia Española define a la didascalia como una enseñanza o instrucción, palabra derivada del griego didaskalía, que en el teatro significa la indicación del dramaturgo a los intérpretes para la puesta en escena. Básicamente sería ese texto que se escribe entre paréntesis o en cursiva en los textos dramáticos.

Para el autor de un texto dramático es fundamental, porque es ahí donde él se manifiesta, son las marcas con las que se asegura su presencia, ya que indica cómo se dice algo, con qué tono, haciendo qué acción, en qué lugar, en qué momento del día (Hermenegildo, 1983). Estas indicaciones o acotaciones están bien definidas, pues allí se aclara y formula toda la información contextual y de la actuación que no se incorpora en los diálogos escritos (Conde, 2017: 83).
Al comienzo de cada escena, las didascalias pueden dar indicaciones espacio-temporal (dónde y cuándo se sitúa la acción) así como sobre el decorado. En medio de los diálogos, encontramos las didascalias intersticiales, que se pueden clasificar como: didascalias de acción; gestuales y mímicas; de elocución; psicológicas; de situación particular; y didascalias musicales (Fernández Taviel, s/d: 85).
A partir de esta última clasificación, se pueden plantear varios ejercicios para trabajar con las didascalias. En este caso propongo uno que ayude a los alumnos a pensar didascalias de acción, y didascalias gestuales y mímicas.
En primer lugar, se debería comentar a los alumnos la importancia de las didascalias y enseñar cómo se presentan, en general entre paréntesis. Se les propone entonces experimentar en la producción de un personaje hablando solo, es decir un monólogo, en la que deben reiterar una misma acción aclarada entre paréntesis.
Ejemplo: Escriben un discurso corto de un personaje hablando al público (un monólogo de 5 renglones). En medio del discurso deberán agregar entre paréntesis una acción o un gesto que ese personaje repite mientras hace su discurso. Puede ser un tic o un accionar repetitivo del personaje; un evento de afuera, como un timbre que se escucha, un teléfono, la lluvia, etc.

 

Ejemplo 1: Ana
Hola, me da vergüenza presentarme (se acaricia el pelo), me llamo Ana y estoy en 6to (se acaricia el pelo). Ya nos habíamos visto antes (se acaricia el pelo), pero nunca habíamos hablado directamente (se acaricia el pelo), quizás parezco un poco nerviosa (se acaricia el pelo), pero no estoy nerviosa (se acaricia el pelo), buenos quizás un poco sí (se acaricia el pelo), es que no siempre estoy acá sentada (se acaricia el pelo) hablando con la directora (se acaricia el pelo). Juro que yo no fui la que le tiró el pelo a Paula (se acaricia el pelo).

Ejemplo 2: Laura
(Se escucha el timbre) Ya vooyy, me estoy cortando las uñas (se escucha fuerte el timbre). Ya voy dije, pero che que impertinencia (se escucha fuerte el timbre) Ya voyyy, este debe ser Martín que es un insistente, una ya no puede estar en paz… (se escucha fuerte el timbre) Ya vaa… ¿pero no me escuchas? (se escucha fuerte el timbre) Que ya vaaaaaaa (se escucha fuerte el timbre) Me enojé, ya terminé, voy a atender (Llega a la puerta y no hay nadie)... Hoy no es mi día de suerte.

objetivos del ejercicio:

  • Familiarizar a los alumnos en el uso de las didascalias y su importancia para la acción. Una indicación reiterada, como el primer ejemplo, puede ayudar a pensar en cómo construir y elaborar un personaje. Puede surgir en la obra una mujer con un tic particular, que luego sea fundamental para el desenlace de la historia.
  • Tomar conciencia de la importancia de indicarle al lector-actor, lector-director, cómo debe ser representado ese texto. ¿Hay que gritar? ¿Hay que hablar en voz baja? ¿Es irónico? ¿Hay que reírse?
  • Proponer que los alumnos escriban teniendo en cuenta los sonidos de la obra. Indicar si suena una canción, en qué momento, o algún sonido particular.
  • Pensar en cómo las didascalias pueden ayudar a resolver la situación que se presenta, como en el caso del ejemplo 2. Para el espectador, Laura abrirá la puerta y no habrá nadie, pero esa indicación estaba presente en la escritura de la obra.

EL ARMADO DE DIÁLOGOS, ¿SOBRE QUÉ HABLAN LOS PERSONAJES?

Para cualquier escritor, los diálogos se tornan un problema cuando no se tiene mucha idea sobre qué hablan los personajes. Es frecuente que los alumnos experimenten la sensación que sus diálogos no conducen a ningún lugar, y por lo tanto, la acción de la obra no tenga sentido, porque no avanza en su trama. El diálogo lo es todo en un guion, y posee cuatro funciones imperativas, de las cuales deben estar siempre presentes al menos dos de ellas (Parent-Altier, 2005: 101-102):

  • Tiene que expresar el pensamiento del personaje que habla.
  • Tienen que dar cuenta de ciertas características sociales e individuales de ese personaje.
  • Tiene que hacer avanzar la trama, o sea tiene que tener acción.
  • Tiene que establecer el tono de la obra: tragedia, comedia, etc.

A. DISCUSIONES SOBRE ACCIONES U OBJETOS COTIDIANOS

Para demostrar la potencia de los diálogos y que cumplan con esas cuatro funciones, se proponen dos ejercicios simples planteando la conversación entre dos personajes.
Es importante guiar a los alumnos a la acción directa de la consigna, sin detenerse mucho en la presentación de los personajes ni en la acción previa. Es decir,  provechar la pauta y el diálogo para presentar a los personajes en la acción y no antes.

 

EJERCICIO: DISCUSIÓN EN TORNO A UN OBJETO COTIDIANO

consigna: Escribir en forma de diálogo una discusión entre dos personas a partir de un elemento cotidiano (una manzana, una prenda de vestir, el lugar de la mesa para comer, un lápiz, etc.). Durante el diálogo, los personajes agregan cuestiones personales, enojos guardados que salen a propósito del tema por el cual discuten.

Ejemplo:

(Dos estudiantes sentados en la misma mesa discuten por una regla)
Martín: ¿Me prestás la regla?
Daniel: Otra vez te la olvidaste.
Martín: No, no me la olvidé, no tengo regla.
Daniel: Nunca tenés nada vos, si siempre me pedís todo.
Martín: ¿Te molesta prestarme la regla? Todo lo que te digo te molesta.
Daniel: Me molesta que me usas las cosas, como me usas a mí.
Martín: ¿Eh? ¿Qué decís vos? ¿Cuándo te usé?
Daniel: Todo el tiempo, porque acá me pedís todo, que Daniel prestame esto, pero luego para jugar al fútbol nunca me elegís.
Martín: ¿Y eso qué tiene que ver?
Daniel: Que quedo como un bobo solo. No te presto nada.
Martín: Nunca más voy a jugar contigo al fútbol.
Daniel: Si nunca jugás conmigo al fútbol.
Martín: Qué pesado, todo por una regla.
Daniel: Tomá, Martín, no sé pa qué la querés si no estamos haciendo nada de geometría.
Martín: Para pegarle a Richard en la cabeza.

La consigna parece más difícil de lo que es, porque en definitiva nuestra vida cotidiana está llena de estas acciones que luego los dramaturgos toman para hacer teatro. Esta discusión puede ser entre dos compañeros de escuela, como entre un zorro y un conejo sobre una madriguera, o entre dos magos por una varita mágica. Lo importante es ver cómo a veces se precisa una idea que dé acción al diálogo para que suceda algo, y en esa discusión se puedan ver los perfiles de los personajes. En el ejemplo uno puede sospechar que Daniel es un alumno ordenado y prolijo, y que Martín es un alumno algo revoltoso y molesto. No fue necesario que uno le diga eso al otro, sino que en la discusión sobre el objeto quedó presente.

Mediante la realización de este ejercicio podemos ver las cuatro funciones del diálogo expresadas anteriormente. Se expresan los sentimientos de los personajes y se ponen de manifiesto algunas características sociales e individuales de estos. Pero también hay acción, porque uno como espectador quiere saber por qué no se prestan la regla, o qué es lo que va a suceder al final. Otra variante de este ejercicio podría ser brindar un escenario más acotado, definir los personajes y el objeto y plantearles a los alumnos que escriban un diálogo entre ellos sobre ese objeto:

VARIANTE DEL EJERCICIO ANTERIOR: DIÁLOGO EN TORNO A UN OBJETO COTIDIANO
consigna: Una niña, un niño y una sola silla. Deben escribir un diálogo entre esa niña y ese niño, en donde mencionen la silla. ¿Se pelean por la silla? ¿Llegan a un acuerdo? ¿Es una silla de una clase, de una oficina, de una casa?
Esta variable es quizás para un nivel ya más avanzado de armado de diálogos. Propone un escenario simple, y obliga a los alumnos a imaginarse un intercambio sobre el objeto y sus usos.

objetivos del ejercicio:

  • Comenzar a familiarizarse con el diálogo y sus cuatro funciones.
  • Despertar alguna idea sobre situaciones que se pueden producir en una obra de teatro. Quizás en la obra que se pretende escribir dos personajes discuten constantemente de cuestiones triviales, pero esa pelea esconde o pone de manifiesto rivalidades, enojos, u otras características de esos personajes.

B. OTRAS FORMAS DE DIALOGAR

En general, tendemos a escribir diálogos muy parecidos a la realidad, tratando de reproducir la forma en la que hablamos. Pero se pueden explorar con los alumnos ejercicios donde uno o dos personajes llevan ciertas características del habla al extremo. Esto sirve no solo para desarrollar el diálogo, también para pensar ideas sobre cómo pueden ser los personajes de nuestra obra.

EJERCICIO 1: DIÁLOGO A PARTIR DE PREGUNTAS

consigna: Escriban un diálogo entre dos personajes a partir de preguntas. Estos
personajes deben hablar y responderse mediante preguntas.
La exigencia de utilizar solo preguntas como forma de armar los diálogos puede
variar en función del nivel del grupo, permitiendo el uso de palabras, aunque tratando de cuidar que siempre aparezca una pregunta en el diálogo entre los personajes.

Ejemplo:

Isabel: ¿Qué hora es?
Martina: ¿Me preguntás a mí?
Isabel: ¿A quién más le voy a preguntar? ¿Hay alguien más?
Martina: ¿Por qué me hablás así? ¿No tenés reloj vos?
Isabel: ¿Qué te parece?
Martina: ¿Sabés leer la hora?
Isabel: ¿Vos no sabés?
Martina: ¿Vos entendés las agujas?
Isabel: ¿Me dejás ver?
Martina: ¿Y? ¿Qué entendiste?
Isabel: Que tenemos que aprender a leer el reloj. ¿No te parece?

Una variante de este ejercicio sería proponerles a los alumnos que uno de los personajes hable sólo con preguntas, y el otro dialogue de forma más natural.

Otras variantes de estos ejercicios para desarrollar los diálogos podrían ser que un
personaje responda con monosílabos, que hable en verso o rimando, que comience sus frases siempre con la misma palabra, etc. También se puede contraponer estilos distintos para hablar pensando un diálogo entre un personaje que hable mucho y otro que sea más lacónico al responder.

EJERCICIO 2: EL QUE HABLA MUCHO Y EL QUE RESPONDE POCO

consigna: Escriban un diálogo entre dos
personajes donde uno tiene frases largas y
el otro responde solo con frases muy cortas.

Ejemplo:

Maestra: Hoy vamos a trabajar con Historia. Supongo que habrán estudiado todo lo que les mandé ayer de deberes, vamos a trabajar con Artigas y con la Revolución. Ud., Pedro, ¿qué leyó ayer?
Pedro: El libro.
Maestra: Sí, Pedro, pero quiero decir qué fue lo que leyó. ¿Leyó sobre la vida de Artigas? ¿Sobre la Revolución? ¿Leyó sobre la Batalla de las Piedras? ¿Sobre qué leyó?
Pedro: De Artigas.
Maestra: Sí, Pedro, ya sé que leyó de Artigas. Pero yo le pregunto sobre qué parte de la vida de Artigas leyó. Por ejemplo, ¿cuándo nació? ¿Dónde nació? Más fácil, le voy a preguntar por alguna de las frases de Artigas, esas frases famosas que él dijo. ¿Conoce alguna frase de Artigas?
Pedro: Sí.
Maestra: Pero dígame cuál frase. Pedro, le estoy preguntando por frases cómo «Curad a los heridos, clemencia para los vencidos», ¿Sabe lo que significa?
Pedro: Sí.

Este ejercicio es de un grado de dificultad mayor y requiere un trabajo de reescritura constante para generar el contraste.

objetivos de los ejercicios:

  • Explorar otras formas de hablar. Pensar con los alumnos que no todos los personajes tienen que estar balanceados en sus diálogos o intervenciones. En las obras, habrá personajes que hablan mucho, otros poco, otros con características muy marcadas en sus diálogos.


C. EL MONÓLOGO
En el texto dramático es frecuente la existencia de los monólogos o soliloquios. En estos el personaje habla solo, ya sea poniendo en voz alta sus pensamientos, o interactuando con un interlocutor extra escena. Siendo un recurso muy habitual en la escritura dramática, no siempre se trabajan en las obras con los niños, por eso propongo un ejercicio simple de construcción de monólogo.

Al igual que el diálogo, tiene que estar presente ciertas características del personaje, y por supuesto, tiene que suceder algo, una acción que mantenga nuestra atención como espectadores para poder saber qué sucede en ese monólogo.

Trabajar con soliloquios puede resultar muy exigente para Primaria, por eso los
monólogos de falsas conversaciones son más simples. Con esto me refiero a construir un monólogo de una persona hablando por teléfono, o haciendo un discurso. Pensando en las nuevas generaciones, el ejercicio plantea la construcción de un monólogo de un Youtuber.

consigna: Escriban una presentación de un Youtuber que realiza un video sobre cómo sobrevivir a sexto año de Primaria.

Ejemplo:

Manuel: Hola, amigos de YouTube, soy Manuel y les dejo un nuevo video de la escuela. Recuerden que se pueden suscribir al canal y darle like. En este video les voy a contar cómo sobrevivir a sexto año. Primero que nada, hagan todos los deberes, las maestras se ponen más exigentes. Tengan cuidado con los recreos, si juegan al fútbol los días de calor, luego queda un olor en la clase insoportable. Te recomiendo hacer las tareas el viernes enseguida después de la escuela, porque así te queda todo el finde libre, es mucho mejor que sentarse el domingo de noche. Ah, matemática está salada, pidan ayuda, pero se puede. Saludos y hasta la próxima semana.

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A MODO DE CIERRE
Los ejercicios propuestos sirven como ejemplos para tomarlos de forma literal, o para inspirarse y crear variaciones. Una primera conclusión que me gustaría dejar al respecto, es que no existe una única forma o manera de cómo escribir una obra de teatro. Los caminos de inspiración y las formas de obtener las ideas son variados.

No obstante, sí se puede afirmar algunas cuasi verdades sobre la escritura creativa. Por un lado, necesita ejercitarse y estimularse, no depende de un don que unos pocos tienen, sino de un ejercicio constante de pensamiento divergente.

La escritura de teatro llevo tiempo, idas y vueltas revisiones, y varios borradores. Incluso se puede decir que se termina escribiendo en el escenario, cuando el actor tiene que decir su parlamento.

Es importante tener en claro la estructura del texto, que tiene diálogos, aclaraciones, y que las formas de jugar y combinar estas partes son casi infinitas.

Ahora es el turno de ustedes.

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BIBLIOGRAFÍA

Álvarez Rodríguez, Maritza Isabel (2009). «Escritura creativa. Aplicación de las técnicas de Gianni Rodari», en Educere, vol. 13, núm. 44, eneromarzo, pp. 83-87. Universidad de los Andes Mérida, Venezuela. Disponible en: <https://www. redalyc.org/pdf/356/35614571010.pdf>.

Bruck, Carolina, Di Marzo, Luara, Klein, Irene (2011). Cuando escribir se hace cuento. Un taller de ficción, Bs. As.: Ed. Prometeo. Conde, Laura (2017). «Didascalias: la piel del teatro.

Estudios de teoría literaria», 6 (11), 81-93. En Memoria Académica. Disponible en: <http:// www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/ pr.10515/pr.10515.pdf>.

Fernández Taviel, Bárbara (s/d). Aproximación al teatro a través de las didascalias: Le Mariage De Figaro, Universidad de Castilla-La Mancha. Disponible en: <https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3203895.pdf>.

Hermenegildo, Alfredo (1983). «Acercamiento al estudio de las didascalias del teatro castellano primitivo: Lucas Fernández». Publicado en Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2015. Disponible en: <http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/acercamiento-al-estudio-delas-didascalias-del-teatro-castellano-primitivolucas-fernandez/html/b68f94d1-f818-47b0-8b5a-c0d902d81d06_3.html>.

Parent-Altier, Dominique (2005). Sobre el guion. Bs. As.: Ed. La Marca.

Piglia, Ricardo (1999). «Nuevas tesis sobre el cuento ». En Formas breves. Bs. As.: Temas Grupo Editorial.

Spang, Kurt (1993). Géneros literarios, Teoría de la literatura y literatura comparada. Madrid: Ed. Síntesis.

 

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1 comentario

Este articulo fue muy útil y me ayudo mucho a formar el taller para los estudiantes. Gracias por las definiciones y distintas ideas para introducir la escritura de teatro de manera divertida e inspiradora.

Allison Milian

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