Las leyendas en la escuela

Las leyendas en la escuela

Les presentamos un fragmento del primer capítulo del libro Las leyendas en la escuela. Selección de historias de los pueblos americanos con propuestas y proyectos didácticos para su abordaje en el aula, editado en 2014.

Lo puedes adquirir en formato digital (ebook).

PRIMERA PARTE

¿Por qué leyendas de Latinoamérica en la escuela?

En toda Latinoamérica, las historias populares forman parte valiosa del patrimonio de la gente. Sin embargo, no siempre han recibido la atención que merecen en el ámbito escolar.

Como es factible observar ahora, diversas propuestas curriculares para la educación formal de nuestro continente han incluido una mirada renovadora que acerca a niños y jóvenes al conocimiento de nuestros pueblos originarios, a su cultura y saberes. Entre sus manifestaciones, quizás las más valiosas, se encuentran las leyendas.

Las leyendas portan los modos de sentir y pensar de los pueblos, transmitidos oralmente de generación en generación. Decantadas por el paso del tiempo y el particular entramado de voces que les confiere la transmisión oral, expresan y combinan los frutos de la imaginación, las creencias, la experiencia emocional y cognitiva de cada comunidad. Contienen, además, una particular relación con los animales, las plantas y otros elementos de la naturaleza, contextualizados en paisajes del patrimonio latinoamericano. Hay en ellas encanto y misterio, que invitan a los lectores a adentrarse en una mirada diferente sobre nuestra América, a reparar en aspectos ligados a la geografía, a la historia, a su fauna y flora, y al modo de vida de los pueblos. Esta particular relación con lo natural y regional se da a través de historias con componentes imaginarios y maravillosos, muy ligados a los intereses de los niños y jóvenes, que las hacen especialmente atractivas para ellos.

A través de narraciones sencillas, pero significativas y potentes, que garantizan el disfrute estético, las leyendas propician, además, el conocimiento, la reflexión e, inclusive, la obtención de respuestas que los alumnos nunca se hicieron antes.

Los responsables de este texto hemos realizado una cuidadosa búsqueda y selección, apelando a diversidad de fuentes, para obtener esta compilación de leyendas que consideramos valiosas por sus calidades literarias, variadas e interesantes para la escolaridad primaria.

Hemos querido ser cuidadosos en cubrir parte del territorio latinoamericano con su diversidad de paisajes y culturas, a través de textos que se relacionan con la creación ética y estética de sus pueblos. Luego de cotejar diversas versiones —dado que la transmisión oral y la temporalidad que han atravesado a estas leyendas les han impactado con cambios y modificaciones— jerarquizamos las que consideramos más fieles al género y con mayor riqueza simbólica. Además, concretamos un trabajo de reescritura que no atenta contra la esencia y naturaleza de los hechos que las leyendas seleccionadas refieren, pero que toma en cuenta especialmente las necesidades, intereses y competencias lectoras de los alumnos de primaria, de modo que los textos resulten más atractivos y accesibles para ellos.

Creemos que estos relatos provocarán la curiosidad de los niños, posibilitarán el goce estético, estimularán su imaginación, ampliarán sus conocimientos, facilitarán la identificación de sentimientos y emociones, contemplarán diversas necesidades, abrirán interrogantes y los ayudarán a darles respuestas. Además, por medio de la interacción con pares y docentes, brindarán oportunidades para la reflexión y el desarrollo del espíritu crítico.

Es nuestra intención promover un contacto comprometido entre adultos y niños a través de la palabra, la cultura y las tradiciones, que permita seguir sosteniendo nuestras riquezas como continente, en busca de un futuro donde el respeto mutuo y los valores comunes nos permitan crecer en armonía en el bellísimo espacio de nuestra patria grande.

El rol docente y la selección de leyendas

Como mediador entre los textos literarios y los niños, le cabe al docente, en primer lugar, realizar una tarea de selección que tenga en cuenta la calidad y variedad de los materiales que habrá de ofrecer a sus alumnos. El docente que tenga en sus manos este libro cuenta ya con una selección que ha considerado estos aspectos. Pero nos interesa, además, que pueda disponer de herramientas conceptuales para profundizar la tarea y proseguir garantizando el contacto de los niños con las leyendas.

Por ese motivo, nos parece importante detenernos a caracterizar esta forma narrativa que, en ocasiones, puede ser confundida con otras manifestaciones que provienen también de la tradición popular; nos referimos al cuento folklórico y al mito.

La leyenda: Similitudes y diferencias con el cuento folklórico y el mito

Es preciso explicitar, en primer lugar, que tanto la leyenda como el cuento folklórico y el mito son narraciones breves que no tienen autor conocido, se transmiten de boca en boca y de generación en generación y viven en variantes en la tradición oral.

A lo largo del tiempo muchas han sido fijadas por escrito gracias a la labor de recopiladores, estudiosos del folklore, antropólogos o escritores, con mayor o menor fidelidad a esos materiales que circulaban y circulan oralmente. Y, por lo general, tenemos acceso a estas versiones porque las encontramos escritas en libros u otros soportes, como páginas de internet. Pero muchas veces no opera por igual el rigor para delimitar de qué forma narrativa se trata en cada caso y esto puede dar lugar a confusiones. Intentaremos, a continuación, señalar las diferencias entre las tres formas.

La primera que podemos observar tiene que ver con algo externo a la propia narración, pero que consideramos de suma importancia resaltar. Se trata de la creencia.

¿Qué cree quien cuenta la historia y quien la escucha? Cuando se trata de un cuento, quienes participan de esa narración saben que lo que se relata es ficticio, que no ha ocurrido en la realidad. En cambio, cuando se trata de leyendas o mitos, en la comunidad donde son contados, se consideran como hechos verdaderos que ocurrieron, ya sea en un pasado relativamente reciente, como es el caso de la leyenda, o en un pasado remoto, como ocurre con el mito.

Los personajes que aparecen en estas narraciones son variados, pero podemos marcar los que tienen cierta preponderancia.

Respecto de las leyendas, daremos ejemplos a partir de las que se incluyen en este libro. En el cuento folklórico: los personajes suelen ser animales, seres humanos y seres sobrenaturales, como hadas o brujas. Hay que tomar en cuenta también que, como señalan muchos especialistas, dentro de la especie del cuento folklórico es posible distinguir variedades. Así podemos hablar, por ejemplo, de cuentos folklóricos de animales (en los que los animales se comportan como seres humanos), maravillosos (también llamados de hadas o de magia) en los que aparecen más seres y sucesos mágicos, religiosos (con la presencia de Dios, el diablo o santos como personajes) y chistes (relatos folklóricos muy breves, con fines humorísticos, muchos de los cuales tienen personajes recurrentes como Pedro Urdemales, pícaro que proviene de la tradición española y reaparece con diversas modificaciones de su nombre en América).

En los mitos predominan personajes que son seres sobrenaturales o extraordinarios: dioses, semidioses (hijo de un ser mortal y de un dios) y héroes. También aparecen animales fantásticos o monstruos, como tantos que podremos recordar, por ejemplo, de la mitología griega: centauro, pegaso, medusa, minotauro.

En la leyenda: animales (como la tortuga de la Leyenda de Yací y su muñeca, el sapo y las aves presentes en Las manchas del sapo), seres humanos (como el cacique y su hija de Leyenda de los mosquitos o el campesino de Leyenda de las ruinas) y sobrenaturales (como la Ciguapa), y es bastante frecuente la aparición de seres humanos que se transforman en plantas o animales (como el valeroso cacique de Leyenda del churrinche, cuyo corazón se transforma en pájaro). Respecto del espacio y el tiempo en el que se sitúan estas narraciones, es característica del cuento la indeterminación espacial y temporal, por eso resultan en él tan habituales expresiones como «En un país lejano», «En un reino»; «Había una vez» y «Érase que se era».

El mito suele ubicarse en un mundo diferente del que conocemos, en ocasiones relatando cómo fue el origen de elementos y fenómenos de la naturaleza, que ocurrieron en un pasado remoto, primordial. En cambio, la leyenda puede tener localización espacial (como la Leyenda de las ruinas) y lo contado se ubica en un pasado relativamente cercano al narrador o, inclusive, contemporáneo a él, como ocurre con la Leyenda de la Ciguapa, en la cual se nos cuenta lo que suelen hacer y cómo tratan de ocultarse estos huidizos seres. Son justamente estos aspectos los que les otorgan rasgos de verosimilitud, importantes para el narrador y su auditorio.

Y respecto de la función social que estas narraciones tienen, podemos observar que, al contar y escuchar un cuento, se persigue fundamentalmente la recreación estética. El mito, en cambio, se considera un relato sagrado, innegable como un dogma. Muchas veces es relatado en los rituales que se practican en la comunidad. Y en cuanto a la leyenda, son varias las funciones que podemos identificar:

Puede ser referencial, porque cuenta hechos que se consideran verdaderos, por el placer de contarlos.

En muchas ocasiones la leyenda resulta explicativa, ya que nos dice por qué son de determinada manera o actúan de cierta forma diferentes seres, como en la Leyenda de las manchas del sapo o la Leyenda del churrinche. Lo mismo ocurre con la apariencia de lugares o accidentes geográficos, tal como se puede ver en conocidas leyendas como la argentina acerca de las cataratas del Iguazú.

La leyenda puede también ser admonitoria, es decir, puede advertir acerca de qué es conveniente o no hacer en la comunidad a la que pertenece, como la Leyenda de las ruinas. Algunas tienen un sentido moralizante y destacan los valores importantes y apreciados en una comunidad. Otras, transmiten saberes prácticos, como la Leyenda de Yací y su muñeca, que se detienen a contar cómo opera la naturaleza y a valorar lo que ella nos brinda.

Si bien no todas las características que señalamos están presentes en todos los relatos y puede ocurrir que, en ocasiones, deriven unos de otros (para muchos estudiosos los cuentos folklóricos derivan de los mitos) o existan grados de contaminación debido a la transmisión oral, creemos que las pautas brindadas pueden ayudar en la búsqueda que el docente podrá hacer al seleccionar textos para sus alumnos.

Los criterios de calidad y variedad en la selección de leyendas

Al tratarse, como decíamos anteriormente, de textos que provienen de la tradición oral, lo más frecuente es que nos encontremos con versiones realizadas por diferentes recopiladores y/o escritores. Creemos necesario detenerse a considerar el modo en que estas historias aparecen recreadas, para apreciar la calidad de estas.

Es importante observar, entonces, que los textos exhiben un trabajo particular con el lenguaje que permite al lector construir sentidos múltiples y diversos, imaginar, conmoverse, reír, sentirse convocado por el texto, desafiado a pensar, a renovar su mirada interior sobre el mundo que lo rodea y sobre sí mismo.

Creemos que, al tratarse de leyendas, las versiones tienen que poder mantener la aparente sencillez, intensamente pulida por su pasaje constante del boca a boca de la transmisión oral, sin agregados o modificaciones que las tergiversen (como suele ocurrir con aquellas que intentan aggiornar el texto, usando expresiones coloquiales y actuales) ya que pueden atentar contra el sentido y esencia de estos textos.

Con esa convicción hemos trabajado en las versiones incluidas en este libro. Se han preservado los argumentos, cotejando diversas fuentes y variantes, y se ha elegido, en algunos casos, incluir alguna reiteración, descripción, intensificación u otros recursos de estilo, que las acercaran más a los niños y permitieran los procesos lectores que hemos señalado anteriormente.

Respecto de la variedad, es importante, para la formación lectora de los alumnos, conocer leyendas de diferentes tipos y procedencias. En el breve corpus de este libro se despliega un recorrido por leyendas de distintos países del continente.

También, como queda explicitado en los ejemplos dados anteriormente, las leyendas responden a funciones sociales diferentes.

A ello podemos agregar los variados temas y temáticas que estas historias abordan: aun en esta acotada selección, podemos apreciar que hay una historia de amor en la Leyenda de los mosquitos, junto con toques de inquietud e incluso miedo. Hay presencia del humor en Las manchas del sapo y elementos fantásticos en la Leyenda de la Ciguapa. Aparece la solidaridad en la Leyenda de las ruinas, la valentía en la Leyenda del churrinche, la picardía y el engaño en Las manchas del sapo. Están presentes las transformaciones de diferente tipo, tanto mágicas, como en la Leyenda de las ruinas; o naturales, como en la de Yací y su muñeca.

Estos, entre otros ejemplos posibles, dan la pauta de muchas posibilidades más, importantes todas para que los niños accedan a construir nuevos conocimientos sobre las leyendas a la par que disfrutan de ellas. Las leyendas no son todas iguales, sino que despliegan creencias, saberes y sentires que reflejan la idiosincrasia de los pueblos y también abordan temas variados que nos interpelan como lectores y que garantizan su vigencia. En todos los casos, es importante que el docente seleccione tomando en cuenta su grupo en particular y apueste a que sus alumnos puedan encontrarse con textos que resulten una ocasión intensa y rica de apertura, de viaje, compartido e individual a la vez, hacia lo que nos une con los otros —sus experiencias, sus sueños, su visión de mundo— y lo que nos ayuda a saber más de nosotros mismos —de nuestras creencias, emociones, pensamientos y sentimientos.

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