CONFLICTOS ESCOLARES: OPORTUNIDAD PARA UN CAMBIO FAVORABLE

CONFLICTOS ESCOLARES: OPORTUNIDAD PARA UN CAMBIO FAVORABLE

Fragmento del artículo Conflictos Escolares: oportunidad para un cambio favorable, de Estela Seisdedos para la revista Didáctica Educación Media n.º 10

CONFLICTOS ESCOLARES: OPORTUNIDAD PARA UN CAMBIO FAVORABLE

En la escuela conviven actores diversos y como en toda organización humana se producen situaciones de conflicto. Las disputas y contradicciones no solo están presentes entre los alumnos, también aparecen entre los profesores, entre docentes y alumnos, entre directivos y docentes, entre padres y educadores, etcétera. Sin embargo, los conflictos pueden encerrar una oportunidad de desarrollo individual y grupal.

El conflicto

Los conflictos forman parte de las relaciones humanas, y las instituciones escolares se encuentran atravesadas por ellos. Hay que reconocerlos como parte de la vida cotidiana en los liceos, y de la forma de abordarlos depende el aprovecharlos y transformarlos en oportunidades para mejorar.

El conflicto es entendido «como lucha, desacuerdo, incompatibilidad, confrontación de intereses. El conflicto es connatural a la vida misma, se relaciona con la satisfacción de necesidades» (Vinyamata, 2005, p. 25). El término alude a factores que se oponen entre sí, propios de la interacción humana, como expresión de la diferencia de intereses, deseos y valores de quienes participan en ella.

En el momento del conflicto las partes se perciben antagónicas y no perciben una salida o respuesta integradora para sus diferencias. Es importante destacar que la situación de conflicto es construida por los actores involucrados y que siempre es posible acordar. Es una construcción humana en un contexto determinado.

Siguiendo a Vinyamata (2005, p. 31), entendemos el conflicto como

una lucha manifiesta entre por lo menos dos partes interdependientes que perciben objetivos incompatibles, recursos escasos e interferencia de la otra parte para alcanzar sus metas o como un proceso direccional que se da entre dos o más partes, donde predominan las interacciones antagónicas y es coconstruido por las partes.

Cuando se genera el conflicto es porque los involucrados se sienten amenazados en sus intereses, expectativas, valores sociales, etcétera. Un conflicto interpersonal existe cuando se da cualquier tipo de posición o actividad incompatible entre dos o más sujetos, lo cual no es necesariamente negativo, ya que puede resolverse a partir de negociaciones y acuerdos.

El conflicto de cualquier agrupamiento humano puede ser una opción de crecimiento, su resolución implica un trabajo orientado a la obtención de un nuevo equilibrio, que hace posible la superación del punto de partida.

Los indicadores de conflicto son:
- incomodidad
- incidentes
- malos entendidos
- tensión y crisis, que ya es un indicio evidente de que el conflicto se ha instalado y debemos trabajarlo para solucionarlo.

Frente a una situación conflictiva es necesario reconocerla y ponerla en palabras para evitar que se desencadene de manera violenta. El conflicto perturba la circulación de la información y la expresión en palabras. Es necesario recurrir al diálogo, ya que es la herramienta primordial para habilitar la comunicación y favorecer el encuentro entre sujetos diversos y así descubrir las coincidencias entre ellos, para poder encontrar puntos de partida desde los cuales consensuar alternativas que conduzcan a una solución.

Los actos violentos emergen en una interacción de relaciones interpersonales donde las emociones no se reconocen y, en consecuencia, no son puestas en palabras. Es entonces cuando el conflicto irrumpe con violencia y generalmente da lugar a que quienes ejercen los roles de autoridad encuentren en el castigo el intento por resolverlo, incrementando así la tensión, lo que se observa a diario en la escuela secundaria y en las aulas.

El conflicto y el modo de considerarlo a través del tiempo
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El conflicto como oportunidad
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Cómo resolver los conflictos
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Entre adolescentes y adultos
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Propuestas para implementar en el liceo
Problema-solución

Objetivo: favorecer el diálogo entre los estudiantes con el propósito de encontrar soluciones a un determinado conflicto.

Desarrollo: formamos grupos de cinco integrantes, aproximadamente.

Leemos una historia, un cuento, una historieta o una noticia que represente una situación conflictiva y pedimos que busquen y escriban soluciones al problema que se presenta. También podría ser a partir de una película, etcétera. Podría ser un relato como el siguiente:

Dos varones saltan jugando al fútbol y se acerca una compañera y les pregunta si puede jugar con ellos. Uno de los estudiantes le dice que no porque es un juego de varones y no la dejan participar.

Evaluación: ¿creen que el fútbol es en definitiva un deporte de varones? ¿Por qué? ¿Qué piensan de las mujeres que juegan al fútbol? ¿Qué harían ustedes en una situación como esta? Se copian en el pizarrón las ideas que surgen y se eligen las soluciones que consideran mejores, argumentando las razones de las opciones escogidas.

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El juego de presentar al compañero
Se divide a los participantes en parejas. Se les da tiempo para que pasen la información de uno a otro, luego, cada uno presentará al compañero ante el grupo.

El juego de las coincidencias
Se puede jugar en grupos o en parejas. Se trata de ver si coinciden las respuestas entre dos o más participantes. Al comenzar, se les da un tiempo para que conversen entre ellos. Luego, uno de los jugadores se retira un momento mientras el compañero responde a las preguntas del grupo. Al regresar debe responder él también las mismas preguntas imaginando qué respondió el compañero para ver si hay coincidencias.

Dibujar algo que represente al otro
Se trata de dibujar algo con lo que se identifica al otro, una mascota, un símbolo de su equipo, etcétera. Se lo dibuja y se explica a los pares por qué se eligió ese objeto para representar al compañero.

Los juegos de roles
Constituyen un recurso metodológico sumamente beneficioso para resolver conflictos en el ámbito educativo. Se basan en la dramatización y brindan la posibilidad de ponerse en el lugar del otro, intentando comprender sus argumentos y sentimientos mediante el diálogo y la improvisación de situaciones que presentan algún conflicto, donde aparecen opiniones, necesidades, valores o intereses contrapuestos y que exigen para su solución la escucha atenta, la conversación, la aceptación de las diferencias y el análisis del problema desde distintas perspectivas.

El debate
Permite promover la discusión respetuosa de ideas. Es un espacio donde cada uno expresa su forma de pensar y sus razones, entendiendo que no todos piensan de igual manera, acepta la posibilidad de reconocer sus propios errores. Al organizar el debate, los profesores distribuyen a los estudiantes los temas por los que deben argumentar a favor o en contra. El uso de esta técnica agiliza el razonamiento y los entrena para poner en palabras sus opiniones; además, enseña a detectar qué tema de fondo está en discusión.

Los consejos de grado o curso
Consisten en asambleas en las que los alumnos pueden participar debatiendo y dialogando para resolver discrepancias y pueden asignar responsabilidades para llevar a cabo proyectos comunes.

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Fijación de logros y metas
Para orientar al estudiante es importante delimitar el contexto y plantear con claridad la situación para identificar qué es lo que se quiere o desea lograr. Se puede partir de un torbellino de ideas, luego se les pide que escriban sus metas y se analizan con ellos las siguientes cuestiones:
- Factibilidad: ¿es posible realizarlo?
- Sensatez: ¿está bien hacerlo?
- Conveniencia: ¿me favorece realmente o estoy siguiendo un impulso?
- Prioridad: ¿qué hago primero?

Diarios y bitácoras de aprendizaje
Los diarios y cuadernos de bitácora son registros escritos. Este recurso resulta útil para que los alumnos se autoevalúen, puesto que en ellos se registra lo que sucede en las interacciones cotidianas en el aula, como es el ambiente, el clima del grupo, las actitudes y otras cuestiones referidas a las estrategias de enseñanza y de aprendizaje, los contenidos que se abordan, etcétera.

El hecho de escribir permite tomar conciencia de lo que se ha comprendido y, además, contribuye a que los estudiantes adviertan que la comunicación de sus pensamientos es fundamental para el aprendizaje.

Los diarios y bitácoras permiten que los docentes y los alumnos reflexionen sobre las tareas que se llevan adelante y, a su vez, favorecen el intercambio de opiniones con el fin de identificar desajustes y, entonces, proceder a su modificación.

En la actualidad, muchas escuelas secundarias llevan a cabo experiencias novedosas para la puesta en práctica de resolución de conflictos que se basan en el reconocimiento de derechos, la valoración de las diferencias y en la igualdad de oportunidades entre las partes en la búsqueda de una resolución, intentando reestablecer la relación y posibilitar una reparación si fuera necesario. La reparación favorece el sentido de pertenencia positiva a la institución escolar o al grupo.

Clasificación de los conflictos escolares
Según Viñas (2004), en las escuelas podemos diferenciar cuatro grandes categorías:
- Conflictos de poder son aquellos conflictos que se dan ante las normas (cuando un alumno incumple una norma).
- Conflictos de relación son aquellos en los que uno de los sujetos del conflicto es superior jerárquica o emocionalmente al otro. En este caso se incluyen los casos de hostigamiento o maltrato escolar, conocidos por su nombre en inglés: bullying. Refiere a toda forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre estudiantes de forma reiterada a lo largo de un tiempo, sea en el aula o en las redes. Hoy en día emergen en la clase situaciones conflictivas originadas en las interacciones en las redes sociales.
- Conflictos de rendimiento son todos aquellos relacionados con el currículum en los que el alumno no alcanza o tiene dificultades para lograr los objetivos de aprendizaje propuestos.
- Conflictos interpersonales son los que se producen entre las personas.

El abordaje de los conflictos demanda habilitar espacios para construir acuerdos de convivencia donde, a partir del compromiso asumido por todos los actores institucionales, se construyan las alternativas para resolver la conflictividad y las transgresiones en esa institución en particular.

De ningún modo estos acuerdos deben reducirse solo a un listado de sanciones previstas para cada hecho-falta cometido, sino, por el contrario, deben apuntar a generar identidades, afinidades, pensamiento crítico y respeto entre personas que, aunque pueden pensar distinto, se ponen de acuerdo con ciertos principios que estructuran la convivencia diaria en el ámbito escolar.

Para ir cerrando
La resolución de conflictos requiere:
- Visibilizarlos en la interacción interpersonal o grupal.
- Considerar los intereses de las partes que intervienen.
- Estar dispuesto a resignar una parte y a encontrar una solución que beneficie a todas las partes.

Educamos para la convivencia cuando generamos acciones con el fin de que los estudiantes aprendan a compartir la vida y logren resolver situaciones cotidianas en la relación con los otros. Otra posibilidad es involucrar a los alumnos en actividades de participación real en la comunidad educativa.

El libre pensamiento y la defensa de las opiniones e ideas es un derecho incuestionable, de allí que no debamos confundir el consenso con la unanimidad ni tomar el desacuerdo como una confrontación por rivalidad o enemistad. Consensuar es establecer acuerdos comunes más allá de las diferencias, superando de este modo los conflictos.

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