Se suele pensar que el espíritu emprendedor y creativo, la innovación y el talento de nuestros niños y jóvenes se desalientan en las aulas. Esta es una afirmación contundente que hacen los docentes, directivos y padres, la comunidad en general advierte que esto sucede y no todos entienden por qué. Por eso hoy, en el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación, te invitamos a reflexionar y repensar las prácticas homogeneizantes, los rituales y estereotipos que coartan la innovación y los mitos que existen en torno a la creatividad en el aula.
Los niños y jóvenes nacidos en la era tecnológica o en la sociedad de la información se caracterizan por contar con una mente virtual, apelando y construyendo nuevas capacidades cognitivas, propiciadas justamente por la tecnología. Son niños y jóvenes «multitasking» de cinco pantallas, o sea, que son capaces de moverse al mismo tiempo con la televisión, las consolas, los smartphones, las tablets, las laptops, las computadoras, por lo que su atención se ve disminuida y se configura de modo muy diferente al de las generaciones que los preceden. Por ello, decimos que tienen más dificultades para almacenar información de datos enciclopédicos. Pero, a su vez, este modo cognitivo de proceder ha posibilitado que construyan una inteligencia fluida, tiendan a la resolución de problemas y dispongan de gran flexibilidad ante situaciones nuevas.
Estos niños y jóvenes de hoy en poco tiempo se verán incluidos en un mundo laboral que reclama variadas y complejas competencias:
- saber buscar información,
- pensar y comunicar,
- escuchar para la comprensión y la empatía,
- pensar con flexibilidad y mente abierta para aprender a lo largo de toda la vida y en espacios muy diversos,
- asumir riesgos de manera responsable para tomar decisiones,
- usar la imaginación, la creatividad y la innovación para resolver problemas,
- pensar autónomamente, tener iniciativa y autodirección.
¿La escuela puede obstaculizar la creatividad?
La escuela no suele priorizar la creatividad y la originalidad, pues fomenta el miedo a equivocarse. Muchas prácticas escolares obstruyen la imaginación y la creatividad de los estudiantes. Por eso el mayor desafío de la escuela será asumir que los nuevos paradigmas requieren espacios para construir el conocimiento a partir de la duda, de la incerteza, donde el conocimiento se socializa e intercambia, un espacio para plantear problemas, generar un espacio de la pregunta y no solo de la respuesta.
¿Cómo repensar el trabajo en el aula y la institución para fomentar la creatividad e innovación?
Crear sentidos, valor, perspectivas y horizontes. Crear nuevas maneras de educar. Educar para crear y no para acumular. Esta es quizás una nueva perspectiva acerca de la educación, que se visibiliza como respuestas a estos desafíos.
Reconozcamos que mucho de lo que nos rodea cotidianamente da cuenta de pequeñas novedades creadas por todos los seres humanos sencillos y corrientes; que la creatividad se desarrolla en contexto y en función de experiencias que la propicien.
Los investigadores han establecido desde hace mucho tiempo que las competencias creativas se pueden enseñar y aprender. Vivimos tiempos en que cada vez más las personas reconocen el inmenso valor de la creatividad en el trabajo y en la vida, y que está ligada a todos los ámbitos vitales.
Una manera de promover la creatividad y la innovación en el aula es planificar por proyectos, porque un proyecto es una forma particular de planificar la enseñanza. Puede incluir o no otros formatos didácticos tales como: unidades didácticas, subproyectos, secuencias o itinerarios didácticos, etcétera.
El proyecto siempre se origina en una pregunta, un problema, una carencia, una hipótesis a comprobar, un diagnóstico que describe una situación particular en un tiempo determinado y culmina cuando la situación inicial se transformó mediante la acción de la enseñanza.
Enseñar a través del Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) supone un desafío para los docentes a la hora de pensar sus intervenciones en las propuestas. Este método de enseñanza está caracterizado por propuestas que lleven a los estudiantes a desarrollar herramientas y habilidades, trabajando a través de un proyecto por un determinado tiempo en el que puedan investigar y responder las preguntas que van surgiendo en su transcurso.
En el libro La creatividad en la escuela primaria, propuestas y proyectos para favorecer su desarrollo, de Delia Azzerboni, Fabrizio Origlio y Patricia Sarquis, encontrarás una reflexión más profunda sobre este tema y también cómo escribir y desarrollar un proyecto escolar, además de proyectos ya armados y prontos para aplicar en el aula.
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