LA CONDICIÓN DE ESTUDIANTE

LA CONDICIÓN DE ESTUDIANTE

Artículo de Estela Seisdedos para la revista Didáctica Educación Media n.º 11, 2021.

LA CONDICIÓN DE ESTUDIANTE

Estela Seisdedos

Las diversas maneras de ser estudiante tienen que ver con los contextos en que se desarrollan las adolescencias y las juventudes, a partir de las cuales construyen su experiencia. El contexto de los años sesenta y particularmente el Mayo francés dieron lugar al nacimiento de la juventud y a pensar en la condición estudiantil. Los hechos pasados relacionados con el estudiantado dan lugar a preguntarnos por su condición en nuestros días.

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¿Qué es ser estudiante?
La etimología de la palabra
El uso actual de la palabra estudiante resulta de una deformación del significado de la palabra latina studere y su sustantivo studium. Studere puede traducirse como «esforzarse, afanarse, hacer algo con trabajo» pero también con afán, con pasión y por lo tanto con disfrute.
Luego, ser estudiante en la época romana era entendido como alguien que se esforzaba, con lo cual estudiar pasó a estar vinculado no solo a la actividad intelectual, sino también a la voluntad.
En Grecia se llamó discípulo, lo cual se traduce como «aprendiz»; en esta acepción la condición del que aprende está relacionada de modo más directo con la relación con el maestro. El que enseña y el que aprende comparten un mismo compromiso, el deseo por el conocimiento.
¿Estudiante o alumno?
Un estudiante es una persona que estudia, sin importar si lo hace en el ámbito de una institución o de forma autónoma. Un alumno es alguien que aprende en la escuela, colegio o universidad y que lo hace a partir de la relación con un maestro.
En los últimos años la denominación de alumno se considera poco recomendable por interpretar que a partir del origen de la palabra querría decir «sin luz», lo que tendría que ver con la mirada conductista e instruccional de la educación.
En verdad la palabra alumno proviene del latín alumnus, conjugación del verbo alere, que significa «alimentarse», por lo que alumno sería «el que se ha alimentado».
¿Qué es la condición estudiantil?
Dubet (2005) define la condición estudiantil como una experiencia juvenil, ya que considera que los estudiantes forman parte de la juventud, la cual está definida por condiciones de vida que sobrepasan a lo académico, a la relación docente-alumno. A su vez los estudiantes son en gran medida definidos por las condiciones sociales.
Maestro y estudiante: ¿escuchar la misma melodía?
Estudiantes y profesores construyen el camino hacia el conocimiento, comparten un deseo. Los maestros orientales decían que tienen que escuchar la misma melodía para que se produzca lo que hoy llamamos el encuentro pedagógico con toda su magia y riqueza. Por otro lado, sabemos que vivimos en una sociedad fragmentada y desigual, cabe preguntarnos si esto es posible en el contexto de actualidad y hasta qué punto las inquietudes por aprender van más allá de los condicionamientos sociales que atraviesan a alumnos y docentes. Las realidades en que se desarrollan las vidas de los estudiantes nos llevan a pensar las adolescencias y las juventudes en su multiplicidad.

¿Educar o escolarizar?
La educación es un concepto mucho más extenso que el que puede aplicarse a una institución particular como la escuela. La institucionalización tiende en primera instancia a la homogeneización o en todo caso se enfrenta al conflicto de cómo conciliar la igualdad con la diversidad. Propicia la burocratización y la formación de hábitos, de rutinas, que si bien dan lugar a un cierto orden, por otro lado coartan la creatividad, la producción de saberes, la singularización.
Es importante considerar que un inadecuado proceso de escolarización que resulte demasiado rígido puede dar lugar a formas más o menos generalizadas, a comportamientos discriminatorios y violentos.
La escolarización está en revisión desde hace varias décadas. Acaso quien más claramente se le opuso fue Jacques Prévert (Francia, 1900-1977), quien cuenta que no fue un buen estudiante, solo terminó los estudios primarios, abandonó la escuela y fue autodidacta. Defendió la educación callejera, decía haber hecho sus estudios en la calle con los surrealistas, con quienes integró aquel movimiento artístico que propugnaba la abolición de toda frontera entre la vida y el arte. Participó en las actividades del grupo surrealista entre 1925 y 1929, un período en el cual no escribió, pero —se podría decir— fermentó el núcleo duro de sus imágenes, aquellas que, luego, desplegaría en poesías, guiones cinematográficos, adaptaciones teatrales y canciones populares.
Es muy conocido su poema «El mal estudiante», contra la escolarización, una vindicación de aquellos niños y jóvenes curiosos, ávidos buscadores, indisciplinados.

Dice que no con la cabeza
pero dice que sí con el corazón
dice que sí a lo que le gusta
y dice que no al profesor
está de pie
le hacen preguntas
y le plantean todos los problemas
de pronto se echa a reír
y borra todo
cifras y palabras
fechas y nombres
frases y trampas
entre el alboroto de los niños prodigio
con tizas de todos colores
sobre la pizarra negra de la desgracia
dibuja el rostro de la felicidad.

Paradojas de la juventud de hoy
Como generación actual la desigualdad social es un fenómeno que la caracteriza. Los contrastes son, por un lado, una muestra de consumo suntuario y derroche económico que sintetiza el estilo de vida de una elite y, por otro, jóvenes estudiantes en situación de pobreza.
Es la generación con el mayor acceso a la salud en la historia y, sin embargo, la más afectada por causas de muertes externas: accidentes de tránsito, violencia, abuso de drogas, también se suma la pandemia del covid. Se caracteriza por la mirada abierta, más global, y al mismo tiempo está atravesada por trayectorias inciertas en distintos ámbitos. Hay que sumar las nuevas tecnologías para abordar a los jóvenes estudiantes de hoy, considerar los entornos virtuales y cómo estos influyen en sus vidas.
Los jóvenes actualmente pueden contar con mayores niveles educativos que sus familiares, pero tienen pocas oportunidades laborales. Desde lo social, se otorga a la niñez y a la adolescencia un lugar más activo en la construcción de su identidad social y en sus posibilidades de participar activamente, sin embargo, la misma adolescencia es más prolongada, abarcando una porción muy importante del tiempo de la vida.
Otra paradoja es la autonomía en la defensa de los derechos, pero no por ello hay más opciones concretas para realizarlos, ya que la entrada a la adultez que implica el ejercicio pleno de todos esos derechos se retrasa.
Los jóvenes de hoy se reconocen como una generación que puede decidir, elegir, demandar como un igual y a la vez diferente, pero que no deja de exigir a las instituciones y a los adultos en general ser escuchados, respetados y tenidos en cuenta.

Los estudiantes como sujetos de derechos
Las condiciones de vida de las últimas décadas generaron un proceso de individualización y de debilitamiento de los lazos sociales, consecuencia de la ideología de mercado, que sostenía que la única posibilidad de inserción social estaba dada por el éxito económico, individual, que dio lugar a un desinterés por la esfera de lo público.
Los jóvenes hoy valoran la educación como un derecho, están a favor de los derechos sexuales y reproductivos, creen en un Estado de protección social, se preocupan de temas vinculados a la protección del medio ambiente, las condiciones laborales justas y la discriminación, es cada vez más frecuente que militen en distintas organizaciones.
Los jóvenes son protagonistas, sujetos de acción y decisión tanto en la sociedad como en la escuela. La construcción de políticas públicas con y desde las juventudes a partir de sus voces, intereses y propuestas, reconociendo la pluralidad de formas de participar en las que ellas se expresan en la vida cotidiana, posibilitan la movilización en distintos ámbitos como la participación solidaria, también la creación de espacios de comunicación que permitan construir una identidad colectiva, porque solo con los y las jóvenes participando activamente se sostienen en el tiempo los procesos democráticos.
Estudiantes en movimiento: los años sesenta
En el transcurso de la década de 1960 la rebelión juvenil emergió como dato mundial, traspasando fronteras nacionales y continentales. Después de la Segunda Guerra Mundial, la juventud estaba cambiando. Convertida en un actor social con identidad propia, en los años sesenta comenzó a demostrar un fuerte rechazo a las pautas establecidas.
La mayoría de los movimientos estudiantiles han tenido trascendencia en la toma de decisiones sociales y culturales de parte del Estado, es precisamente allí donde se logra registrar la importancia de la actividad del estudiante.

El año que emerge la juventud como actor político: 1968
En 1968, en todos los rincones del planeta, el mundo parecía estar cambiando. Del Mayo francés a las manifestaciones estudiantiles en México, de la lucha por los derechos de las minorías en Estados Unidos a la Revolución Cultural china, hasta la ebullición social que desembocaría en el Cordobazo en Argentina, bajo el gobierno de Onganía. Hubo también repercusión en Italia, Alemania, República Checa y en otros países de América Latina, Uruguay entre ellos.
Una nueva generación reclamaba más libertades, igualdad y solidaridad. Intelectuales, artistas, estudiantes, trabajadores, militantes se rebelaban contra el orden establecido, el racismo, las injusticias y el imperialismo, simbolizado en la Guerra de Vietnam y la invasión soviética a Checoslovaquia. La represión que sofocó las revueltas anunciaba tiempos oscuros, pero las transformaciones sociales y culturales, como la afirmación del feminismo, marcaron el devenir del mundo hasta nuestros días.
Un emblema de los movimientos estudiantiles: el Mayo francés
A comienzos de 1968, surgió la inquietud entre los estudiantes franceses, que criticaban al sistema universitario y manifestaron su oposición a la sociedad capitalista y al consumismo.
La represión de la movilización del 22 de marzo a una manifestación estudiantil a favor de Vietnam y la detención de algunos estudiantes fue la chispa que encendió la pradera.
Los estudiantes que ocuparon la Universidad de Nanterre, próxima a París, fueron particularmente activos y proclamaron que la universidad debía convertirse en el centro de la revolución contra el capitalismo; su ocupación del campus provocó la clausura.
Luego es detenido uno de sus principales dirigentes, Daniel Cohn-Bendit. La Universidad de la Sorbonne se solidariza con la de Nanterre. La Sorbonne es clausurada por el gobierno. Los estudiantes llaman a la huelga general universitaria por la libertad de los detenidos y el retiro de la policía del barrio Latino.
Por enfrentamientos entre grupos de estudiantes se da la intervención de la policía, violando así la autonomía gubernativa de la universidad y la libertad de expresión. Como consecuencia, los sindicatos de estudiantes y profesores convocaron a huelga general. Después de una semana en la que las manifestaciones estudiantiles fueron duramente reprimidas por la policía, los sindicatos obreros convocaron a huelga general para el 13 de mayo. Nueve millones de trabajadores respondieron a este llamamiento.
Los sucesos sorprendieron al gobierno de Charles de Gaulle y de su primer ministro Georges Pompidou, que oscilaron entre una postura conciliadora y la represión. De Gaulle proclamó su intención de permanecer en el poder y de disolver la Asamblea Nacional francesa.
Las elecciones, celebradas en junio, fueron un triunfo para De Gaulle. En ese mismo año se firmaron los acuerdos de Grenelle y los sindicatos negociaron un incremento del salario medio del 12 %.
Sin embargo, De Gaulle estaba convencido de la necesidad de una reforma en la sociedad francesa y defendió la aplicación del concepto de participación (reparto de los beneficios). Decidido tras su éxito electoral a reforzar su poder, propuso un referéndum nacional sobre la regionalización y la reforma del Senado, aunque en el fondo era una aprobación popular a su política. Sus propuestas fueron rechazadas y el 28 de abril de 1969 dimitió.
El Estado mejoró las prestaciones sociales en la vía del tan mentado Estado de bienestar. En Francia, las políticas sociales tendientes a elevar la calidad de vida en gran medida son consecuencia de los movimientos sociales del Mayo del 68, por lo que se toma como emblema.
Uno de los intelectuales franceses que participó activamente en las jornadas de Mayo del 68 fue Jean Paul Sartre.

Cuando hablaron las paredes
Durante los días de mayo, las paredes se convirtieron en un instrumento de comunicación. Los grafitis de Mayo del 68:
Prohibido prohibir
Sean realistas: pidan lo imposible
La imaginación al poder
Tomemos el cielo por asalto
En el mundo
El Mayo del 68 francés se da al mismo tiempo que la escalada de la Guerra de Vietnam en los EE. UU., genera las primeras resistencias universitarias y surge el movimiento hippie en lo sociocultural. Es el mismo momento en el cual desde Gran Bretaña los Beatles propagan la cultura pop, que se mundializa, y en el que la Argentina tiene al Instituto Di Tella como una expresión relevante.
El Mayo del 68 francés tuvo un efecto sobre los valores morales y sociales, pero estuvo limitado al mundo estudiantil e intelectual. Fue un fenómeno de elites. En esos años tuvieron un efecto masivo fenómenos como el movimiento hippie, el pacifismo y la cultura pop, a los cuales también cuestionaba fuertemente el Mayo del 68 francés.

El 68 uruguayo
El movimiento estudiantil en sus comienzos se inicia con los estudiantes de liceo y luego se involucran también los estudiantes universitarios.
Las movilizaciones de estudiantes secundarios, gremios docentes, estudiantes universitarios y sindicatos obreros dieron lugar, entre mayo y octubre de 1968, a una verdadera «batalla campal» en las calles de Montevideo. Tal como muestra la autora, uno de los factores centrales del alto nivel de violencia radica en la estrategia represiva implementada por el gobierno. (Pis Diez, 2015, pp. 253-254)
En términos de Varnia Markarian (2012, en Pis Diez, 2015) se produjo una explosión participativa, consecuencia de nuevas organizaciones estudiantiles vinculadas al movimiento de Liberación Nacional Tupamaros y a la Unión de Juventudes Comunistas.
El 68 marca un momento particular en la historia del movimiento estudiantil uruguayo, con manifestaciones en Montevideo que desembocaron en enfrentamientos con la policía, que terminaron con tres estudiantes muertos y decenas de heridos.
Desde entonces, el 14 de agosto ha sido asumido por el movimiento estudiantil uruguayo (universitario y secundario) como la fecha de los mártires estudiantiles.

Movilización, ¿de estudiantes o de jóvenes?
No todo joven es estudiante, ni todo estudiante es joven
Los años sesenta se caracterizan por la cultura juvenil, que surge de manera bastante hegemónica. Camisas floreadas, pelo largo, medallones, pantalones vaqueros, música de rock, consumo de drogas, para muchos un invento yanqui, así como la música beat y los happenings. Toda esta cultura era fuertemente cuestionada por la canción de protesta.
La Federación de Estudiantes era la organización juvenil más importante, en la que los jóvenes encontraban espacio para discutir sobre los temas que les interesaban y la posibilidad de desarrollar sus inquietudes y su actividad.
El movimiento estudiantil siempre había sido sensible a los acontecimientos internacionales, los episodios del campo internacional en los años sesenta. Varios acontecimientos parecen incidir: la muerte del Che, la guerra de Vietnam y, tal vez el más importante, la Revolución Cultural china. También la Revolución cubana.

Propuestas para trabajar el Mayo francés con los estudiantes
Buscar información en distintas fuentes para contextualizar el Mayo del 68. Buscar en diarios y revistas, textos, museos, archivos de programas de televisión, canciones, películas, etcétera.
Tener en cuenta:
Década de rebeldía.
Participación juvenil.
Innovación.
Grandes cambios sociales en el mundo, en la región, en Uruguay.
Analizar algunas de las consignas que postulaban los jóvenes del 68. Buscar información en libros o en la web acerca de las críticas y las propuestas que expresa cada una. Reflexionar en grupo sobre el sentido y fijar posición personal. Las intervenciones docentes guiarán el análisis.
Algunas de estas consignas eran:
El sueño es realidad.
La política pasa en la calle.
La economía está herida, que reviente.
La barricada abre caminos.
Buscar en la web en diarios de la época cuáles eran los grafitis en las calles de Montevideo.
¿Qué representan hoy, para vos, estas frases?
¿Te sentís identificado con alguna? ¿Por qué?
¿Qué frases creés que podrían representar hoy tu realidad?

A modo de cierre
La condición de estudiante si bien suele mirarse desde una perspectiva individual, como la de la trayectoria realizada, o desde el punto de vista de las futuras posibilidades de inserción laboral, es a partir del Mayo francés que se toma conciencia de los jóvenes como actores sociales y de los estudiantes como un colectivo organizado con compromiso social. La condición de estudiante es también la de crear futuros superadores para el mundo social y para una vida personal más plena.

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Bibliografía
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Bolsi, M. (2009). «Margulis, Mario (ed.) (2008), La juventud es más que una palabra», Itinerarios Educativos, 1 (3), pp. 114-116.
Dubet, F. (2005). «Los estudiantes», cpu-e, Revista de Investigación Educativa, 1.
Filardo, V. (coord.). (2008). Usos y apropiaciones de espacios públicos de Montevideo y clases de edad [informe de investigación]. Montevideo: Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República.
Filardo, V., Chouhy, G. y Noboa, L. (2009). Jóvenes y adultos en Uruguay: cercanías y distancias. Proyecto «Juventudes e integración sudamericana: diálogos para construir la democracia regional. Resultados de encuesta en Uruguay». Montevideo: Cotidiano Mujer.
Kaplan, C. V. y Spazu, E. (2020). Conflictos, violencias y emociones en el ámbito educativo. Ciudad de México: Nosótrica.
Molinari, J. P. (1992). Les étudiants. París: Les Editions Ouvriers.
Pis Diez, N. (2015). «Vania Markarian: El 68 uruguayo. El movimiento estudiantil entre molotovs y música beat. Bernal, Universidad Nacional de Quilmes, 2012», Los Trabajos y los Días, (4-5), pp. 253-255.
Prévert, J. (1972). «El mal estudiante», Paroles (poema n.o 3, p. 12). París: Folio.
Terigi, F. (2009). Las trayectorias escolares. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.
Vecino, L. y Guevara, B. (2013). «Representaciones en torno a la condición de estudiante en jóvenes escolarizados en escuelas de gestión estatal en la provincia de Buenos Aires», X Jornadas de sociología de la uba, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

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