Las TIC en la escuela inicial

Las TIC en la escuela inicial

«Las TIC en la escuela inicial después de la pandemia… ¿y ahora qué?»

Vivimos un momento histórico, que fue atravesado por una pandemia mundial, en el que las nuevas tecnologías nos llevan a formular preguntas para las que muchas veces no tenemos respuestas. Si, por ejemplo, nos detenemos a pensar cuánto tiempo pasamos en internet, llegaremos fácilmente a la conclusión de que perdimos la cuenta. Hoy internet vive en nosotros. Resolvemos asuntos cotidianos con un clic. El uso de las redes sociales sigue avanzando a enormes velocidades, cambiando las formas en que nos comunicamos y los espacios que transitamos. Surge entonces la pregunta acerca de qué queremos brindarles a nuestras infancias en esta época de enorme consumo, ¿cómo hacemos de la escuela un espacio que vaya más allá de los estereotipos presentes en las redes sociales y reconvertimos la tecnología en favor de una mirada crítica?

La escuela también es un espacio que atravesamos y que nos atraviesa a todos y todas, sea como docentes, estudiantes, directivos o con otros roles. Pasamos por sus aulas y nos llevamos muchísimas experiencias, aprendizajes y amigos que hicimos transitando sus pasillos. La escuela forma parte de nuestra biografía.

Si reconocemos la presencia de las tecnologías de la información y la comunicación en nuestras vidas, también necesitamos comprenderlo en las prácticas escolares. Si estamos atravesados por las tecnologías y, a la vez, atravesamos la escuela, ¿pueden la escuela y las tecnologías estar escindidas?

Mis reflexiones a este interrogante contemporáneo surgen a partir de un recorrido por prácticas escolares propias, de otros y con otros, que me llevó a identificar diferentes aproximaciones posibles a la hora de abordar el trabajo con las tecnologías en las escuelas. Elijo nombrarlas de la siguiente manera:

  1. Las tecnologías y «los espejos de colores».
  2. Las tecnologías y el fenómeno «Black Mirror».
  3. Las prácticas con sentido pedagógico atravesada por tecnologías.

Respecto a la tecnología y «los espejos/ luces de colores» (Litwin, 1997) se trata de una aproximación que no se interroga acerca de cuál es el propósito de trabajo del docente.

Esta perspectiva invita a sumar dispositivos (celulares, tablets, robots) sin preguntarse profundamente el para qué: cuál es el sentido de su inclusión. Desde dicha mirada, el trabajo del docente se desdibuja, ya que, en general son imposiciones que se presentan desde las políticas para «emplear la tecnología», espejos de colores sin profundidad, sin preguntas y sin sentido para los y las maestras y para los chicos. En este marco pueden surgir, excepcionalmente, prácticas transformadoras.

La aproximación «Black Mirror» se inspira en la conocida serie que muestra cómo las tecnologías afectan nuestras vidas en situaciones diversas y complejas, que, en general, están marcadas por cierta mirada fatalista que en ocasiones modifica nuestro discurso. Las tecnologías nos atraviesan. Podemos negarlo o usarlo para vaticinar «el fin del mundo» en cuyo caso cedemos a otros el poder que tienen en nuestras vidas, en los modos de comunicarnos, en las formas de interpelar y en las posibilidades de incluir. Es primordial entender el potencial transformador e inclusivo en un mundo que, cada vez está más atravesado por ellas. Como sostienen Burbules y Callister (2001), necesitamos que nuestras infancias conozcan sus oportunidades y sus riesgos para integrarse de manera crítica y creativa en el mundo del trabajo y en los niveles superiores del sistema educativo. Convivir con la tecnología es distinto a vivir de la tecnología. Habiendo atravesado años de virtualidad, es importante repreguntarse como generar un equilibrio entre sus posibles usos y excesos.

La tercera aproximación nos acerca a «las prácticas con sentido pedagógico atravesadas por tecnologías». Lo que prima es el sentido pedagógico que tenemos como docentes que trabajamos en las escuelas. Ese saber qué sostiene las prácticas que cada día llevamos adelante en el sistema para darles a las infancias una educación de calidad que, ante todo, es un derecho.

Este saber pedagógico, siguiendo a Serres (2013) ,está atravesado por las tecnologías porque nosotros y nosotras, como sujetos, estamos atravesados por ellas y porque los chicos que vienen a las escuelas lo están. En esta aproximación, el reconocimiento nos invita a repensar nuestras aulas y nuestras clases desde las tecnologías superando tanto las visiones artefactuales como las fatalistas a partir de una orientación de sentido sostenida por el saber pedagógico.

Las diferentes aproximaciones me llevan a pensar en la escuela que tenemos, que queremos y que transformamos día a día. Como docente, hay momentos en los que me voy maravillada de una institución y otros en los que salgo reconociendo todo lo que falta. Los segundos son los que plantean desafíos. Transformar la escuela como espacio democratizador, como lugar para habitar (Nicastro 2016), como institución que provee espacios para formar sujetos críticos, es un motor colectivo que emprenden miles de maestros y maestras todos los días. La inclusión de tecnologías se enmarca en esa complejidad y conlleva su propio desafío. Incluirlas desde lo pedagógico implica hacernos cargo de sus significados y de la potencia que pueden imprimir a nuestras prácticas. Así lo entienden quienes en el terreno de las instituciones escolares les ponen el cuerpo a experiencias pedagógicas, por ejemplo, utilizando las tecnologías en los procesos de enseñanza y aprendizaje, a través de registros fotográficos, videos, para observar las propias prácticas «con otros ojos» y tomar decisiones en torno a cómo seguir. Tomar las tecnologías como una posibilidad para imprimir una mirada de evaluación procesual a lo cotidiano que permita reflexionar sobre el propio hacer, dándoles continuidad a las actividades, repitiéndolas y transformándolas. Otras propuestas brindan la posibilidad de trabajar colaborativamente, por ejemplo, volviendo a lo escrito sobre un documento compartido lo que permite desmitificar la idea de planificación cerrada y reemplazarla por una propuesta de planificación flexible y con otres. Incluso hay variedad de propuestas, que crecieron en los últimos tiempos, que dan cuenta de escuelas que se suman al intercambio con la comunidad a través de blogs, muros virtuales, casillas de correo para enviar notas, fotografías, encuestas que enriquecen la comunicación con las familias en torno a lo que se va trabajando en las aulas. Estos son algunos de los tantos ejemplos de lo que se trabaja diariamente en nuestras instituciones educativas.

Muchas veces las aproximaciones se entrecruzan, se debaten, se ponen en juego y sobre todo se trabajan y mucho con las infancias. Lo que irrumpe como una imposición cobra otro sentido en manos de un colectivo docente que la recrea.

Mi invitación es a pensar las prácticas atravesadas por tecnologías desde lo pedagógico. Darnos un tiempo para reflexionar sobre ellas, aunque el sistema en muchas ocasiones no nos lo permita. Darles entidad para que cobren sentido, esquivando tanto los espejos de colores como los fatalismos. Cuando las políticas parecen demandar que prendamos el «piloto automático», es necesario detenernos en lo cotidiano analizando el hacer del día a día, buscando espacios para lo colectivo en las escuelas, reconociendo en las tecnologías una posibilidad para repensar esta tarea y así reinventarla con un sentido transformador más pleno.

Algunas propuestas posibles para trabajar en Nivel Inicial

1

Escenarios lúdicos atravesados por tecnologías

Se trata de espacios planificados por el/la docente, en donde podemos sumar la tecnología para enriquecer el juego. Por ejemplo, si queremos acercar a los niños al recorte de «el fondo del mar», podemos preparar un espacio con caracoles, arena, telas, tarjes de buzo y sumar una proyección que atraviese el mismo donde se observen animales marinos en su hábitat, así como también los sonidos que allí se escuchan.

 

2

Audi-libros

Esta propuesta implica la participación de las familias. Se elige un cuento y se pide a cada familia que grabe una parte previamente asignada. Luego se compilan sus voces con las imágenes de la historia. Una vez finalizada la edición, para la cual se pueden utilizar variadas aplicaciones del teléfono, se proyecta a los y las niñas para que escuchen la historia narrada con las voces de sus familias. Esta propuesta también se puede organizar con poesías.

 

3

Articulación con primer grado

Se invita a crear un muro virtual, por ejemplo, un Padlet, en donde los y las niñas de sala de 5 puedan dejarles mensajes, fotos, audios a los de primer grado y viceversa. Es una propuesta interesante para realizar a lo largo de sala de 5, que fomenta la escucha y el ida y vuelta con la primaria.

 

4

De luces y sombras

El proyector también puede ser un elemento que permita jugar con la luz y la sombra. Proyectar una imagen en blanco y dar espacio a los y las niñas para probar posibilidades. Este tipo de propuestas es interesante organizarla en sectores para que mientras algunos chicos hacen sombras, otros puedan realizar otras actividades, circulando libremente.

La incorporación de la tecnología con sentido pedagógico, implica reflexionar constantemente sobre su uso para no forzarlo. Lo más importante que podemos ofrecer a los y las niñas de estas edades son espacios para jugar y propuestas que abran las puertas a conocer garantizando su derecho a la educación. Si entendemos a la tecnología como una oportunidad de garantizar este derecho, es importante que pensemos el sentido pedagógico de su uso, saliendo del piloto automático y así crear propuestas significativas para nuestras infancias.

 

El presente artículo es una reformulación de una nota de mi autoría escrita en el año 2018 para el Observatorio Participativo de Políticas Públicas educativas de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA).

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Bibliografía

Burbules, N. y Callister, T. (2001) Educación: riesgos y promesas de las nuevas tecnologías. Barcelona: Granica.

Litwin, E. (1997) Enseñanza e innovaciones en las aulas para el nuevo siglo. Buenos Aires: El Ateneo.

Nicastro, S. (2006) Revisitar la mirada sobre la escuela. Buenos Aires: Homo Sapiens Ediciones.

Serres, M. (2013) Pulgarcita. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

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VICTORIA ALDANA RUSCELLI

Profesora de educación Inicial, licenciada en Ciencias de la Educación UBA. Actualmente se desempeña como profesora en el ISPEI Sara Ch. Eccleston.

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